Trump afirma que deportará hasta 3 millones de inmigrantes cuando tome posesión
Mostró su cara más conciliadora en una entrevista televisiva: afirmó que no quiere "dañar" a Clinton, que cobrará 1 dólar al año y que con Obama habló, entre otras cosas, de Corea del Norte.
13 noviembre, 2016 18:01Noticias relacionadas
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, concedió a la cadena CBS su primera entrevista televisiva tras los comicios. Y aunque mostró un tono conciliador, en la línea de lo visto en su discurso del pasado martes, volvió a poner de manifiesto varias de las principales líneas argumentales que manejó durante la campaña. Se mostró especialmente duro al asegurar que deportará a entre uno y tres millones de inmigrantes que tienen "antecedentes penales".
"Lo que vamos a hacer es tomar a la gente que son criminales y que tienen antecedentes penales, pandilleros, traficantes de droga, probablemente dos millones, podrían ser incluso tres millones, y vamos a echarlos del país o vamos a encarcelarlos", indicó Trump.
Las palabras de Trump hacia los inmigrantes indocumentados en la entrevista fueron muy diferentes a las pronunciadas durante la campaña presidencial, cuando prometió crear "una fuerza de deportación" para expulsar a todos los indocumentados, incluidos a los mexicanos a los que llamó "criminales y violadores".
MAtiza el tema del muro...
En la entrevista, Trump indicó que, una vez que la frontera sea fortalecida, su Gobierno determinará qué ocurre con el resto de indocumentados que viven en Estados Unidos y a los que elogió por ser gente "fantástica". "Son gente fantástica y tomaremos una decisión sobre ello. Pero antes de tomar esa decisión, tenemos que asegurar nuestra frontera", consideró.
Donald Trump matizó algunos de los aspectos que más han polarizado a los ciudadanos estadounidenses durante las semanas precedentes. Entre ellas, la idea del muro en la frontera con México, que el presidente electo comentó que podría ser simplemente una valla "para determinadas zonas". "Aunque un muro será más apropiado. Soy muy bueno en esto, se llama construcción pero podría haber algunas vallas", declaró el político republicano.
...y dice que no quiere "dañar" a Clinton
El tono agresivo durante la campaña alcanzó su cotas inesperadas cuando el magnate aprovechó el escándalo de los correos electrónicos de su rival para atacarla e incluso anunciar que, de alcanzar la Presidencia, la metería en la cárcel. Ahora, Trump reconoció que está reconsiderando su idea de designar a un fiscal especial para enjuiciar a Hillary Clinton, porque no quiere "dañarla" ni a ella ni a su marido, Bill Clinton.
"Voy a pensar en ello, no quiero hacerles daño", expresó Trump ante las preguntas de la periodista Lesley Stahl. "Quiero concentrarme en los trabajos, quiero concentrarme en la atención sanitaria, quiero concentrarme en la frontera y en la inmigración, y hacer un proyecto de ley de inmigración realmente bueno. Queremos lograr una buena ley de inmigración", afirmó el magnate, enumerando las prioridades de su futuro gobierno.
No obstante, Trump consideró que Hillary Clinton "ha hecho muy malas cosas" al usar servidores de correo privados para tratar asuntos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
Puede que el tono más suave con su rival por la Casa Blanca viniera dado de lo "agradable" de la llamada que recibió de la demócrata al conocerse los resultados: "Hillary me llamó y fue una llamada muy agradable y fue una llamada muy dura para ella, puedo imaginármelo. Más dura para ella de lo que habría sido para mí y para mí habría sido muy, muy difícil. Ella no podría haber sido más agradable", consideró Trump, quien alabó a Clinton por ser "muy fuerte y muy inteligente".
En este sentido, Trump elogió a los Clinton por ser una "familia con mucho talento" y no descartó acudir a ellos en algún momento de su presidencia en búsqueda de consejo.
Puerta abierta a mantener parte del 'Obamacare'
Durante la entrevista, Trump declaró dejar la puerta abierta a mantener algunas de las partes más importantes de la reforma sanitaria de Obama, conocida por sus detractores como Obamacare y que el magnate prometió eliminar durante la campaña electoral.
Como ya hizo en una entrevista con The Wall Street Journal, Trump aseguró que se inclina por mantener dos partes de la reforma sanitaria: la provisión que obliga a asegurar a personas con enfermedades previas y la disposición que permite extender la cobertura sanitaria de un adulto a sus hijos hasta los 26 años.
Corea del Norte, tema con Obama
Otro de los encuentros con morbo de los días posteriores a su elección se produjo cuando fue recibido por Obama en la Casa Blanca. Sin embargo, más allá de un breve posado ante los medios, no había trascendido el contenido de su conversación. El misterio ha quedado desvelado: el presidente actual y su sucesor dialogaron sobre la reforma sanitaria y sobre Oriente Medio y Corea del Norte.
Trump desveló que también habló con Obama de la reforma sanitaria, una pieza angular del legado del mandatario que el millonario prometió eliminar durante la campaña, aunque ahora parece abierto a mantener algunas provisiones.
"Mira que no quiero darlo a conocer, pero hablamos de Oriente Medio, eso es duro. Es una situación difícil. Quería saber su punto de vista por completo y lo entendí, entendí una buena parte de su punto de vista", indicó Trump, que se mostró muy sereno en su primera aparición televisiva como presidente electo.
Como hizo tras el encuentro, Trump alabó a Obama por ser "fantástico", "muy inteligente", "muy amable" y tener "un gran sentido del humor", unos calificativos diferentes a los que profirió durante al campaña presidencial y también en 2011 cuando impulsó el rumor de que el actual mandatario no había nacido en EEUU. "En lo que yo realmente quería centrarme es en Oriente Medio, Corea del Norte y Obamacare, es duro. ¿Sabes? Lo de Obamacare es una situación bien difícil", valoró Trump.
Cobrará 1 dólar al año
Otro de los guiños a sus seguidores de Trump, que en un momento del programa estuvo rodeado por su familia, llegó cuando afirmó que renunciará al salario de 400.000 dólares anuales que le correspondería como nuevo presidente de EEUU y que solo cobrará un dólar, al ser esa la cantidad mínima que debe aceptar por ley.
"Creo que por ley tengo que aceptar un dólar, así que aceptaré un dólar por año. Pero, lo cierto es que no sé siquiera cuál es el salario. ¿Sabes cuál es?", preguntó durante la entrevista a la periodista Lesley Stahl, quien le respondió que la retribución anual para un presidente de Estados Unidos es 400.000 dólares. "No, voy a aceptar ese salario, no lo tomaré", aseguró Trump.
En la entrevista, Trump también abarcó otros temas como el Tribunal Supremo, compuesto actualmente por ocho jueces tras la muerte en febrero del conservador Antonin Scalia, a quien el millonario prometió sustituir con un magistrado favorable a los valores de la derecha cristiana.
Sin embargo, Trump dijo que se siente "bien" con respecto a la decisión del alto tribunal de legalizar el matrimonio entre las personas del mismo sexo, aunque consideró que el derecho de las mujeres a poner fin a su embarazo debe ser competencia de los estados y no del Gobierno federal, como lo es actualmente.
"Triste" por los ataques racistas
Además, Trump exigió el fin de los actos violentos contra los hispanos, afroamericanos y miembros de la comunidad de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB), tres colectivos que han denunciado un incremento de ataques desde el triunfo electoral del millonario.
"Me siento tan triste de oír eso, les digo: 'detente'. Si ayuda, lo diré y lo diré directamente frente a las cámaras: 'Deténganse'", dijo Trump, quien fue criticado durante la campaña electoral por no mediar en fuertes episodios de violencia que se desataron en sus mítines.
Del mismo modo, Trump, que tomará posesión como presidente el 20 de enero, pidió a quienes se manifestaron en las calles contra su elección que "no tengan miedo". Decenas de miles de personas se han manifestado contra Trump durante cuatro noches consecutivas en una treintena de ciudades, dentro de un movimiento de indignación bautizado como "Not my president" (No mi presidente).