A golpe de decreto y según lo prometido en la campaña electoral, Donald Trump sigue desmontando el legado de su antecesor, Barack Obama. En su cuarto día completo al mando del país, el presidente de EEUU ha resucitado los polémicos proyectos de construcción de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access.
La construcción de estas autopistas del petróleo que cruzarían el país lleva siendo un caballo de batalla para los movimientos ecologistas desde hace más de una década, cuando se esbozaron los primeros planes para su diseño.
El oleoducto Keystone, ideado por la compañía canadiense TransCanada, fue vetado y paralizado por el presidente saliente en 2015, en un claro guiño a los ecologistas que el nuevo comandante en jefe no está dispuesto a continuar. Minutos antes de perpetrar este nuevo giro en la política de EEUU estampando su firma en el decreto, Trump comentó en una reunión con ejecutivos de la automoción que "el ecologismo está fuera de control".
El nuevo presidente estadounidense ha matizado que la construcción de estos dos proyectos estará sujeta a términos y condiciones que su Ejecutivo negociará de nuevo con las empresas encargadas de construirlos. Además, fiel a su discurso proteccionista, ha prometido que la segunda vida de estos oleoductos contribuirá a la creación de "muchos" puestos de trabajo en el sector.
Tuberías 'made in USA'
Para asegurarse de que el grueso de la construcción recae en 'manos americanas', el 45º presidente ha firmado otra orden ejecutiva adicional por la que se establece que la tubería necesaria para construir los oleductos es 'Made in USA'. "Vamos a construir nuestras propias tuberías, como solíamos hacer en otros tiempos", sentenció.
En su comparecencia en el Despacho Oval, Trump ha olvidado mencionar sus vínculos con Energy Transfers Partners, la compañía que lidera el proyecto del oleoducto Dakota Access. Según recordaba el diario británico The Guardian durante la campaña presidencial, el magnate de los negocios que ocupa ahora la presidencia invirtió en esta empresa y su consejero delegado pagó el favor con una generosa aportación económica a su campaña electoral.
Para enterrar el oleoducto Keystone, Obama adujo que las más de 1.000 millas del recorrido previsto de la 'gran cañería del petróleo' sólo servirían para aumentar la dependencia energética de EEUU del petróleo. El presidente demócrata apostó entonces por potenciar las energías renovables, el actual parece decidido a desmontar el 'legado verde' de su antecesor.
Crudo más contaminante
Con sus decretazos de este martes, Trump evidencia de nuevo su mínima sensibilidad ecológica. Los más de 800.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso que el Keystone podrá transportar cuando esté finalizado son, o serán, muy contaminantes. Según alertan los expertos y los grupos ecologistas, el crudo procedente de las arenas bituminosas emite un 17% más de gases de efecto invernadero que el procedente de la extracción convencional.
Los lugares por los que circularán estos oleoductos tampoco han estado exentos de polémica. El Dakota Access generó una fuerte protesta entre la comunidad indígena de Standing Rock. La construcción de esta gran cañería echará a perder tierras que se consideran sagradas y contaminará las aguas del río Misuri, de las que depende su modo de vida, tal y como informa la agencia Efe.
La ristra de problemas ecológicos que conllevaría este proyecto de 3.800 millones de dólares llevó incluso al New York Times a realizar un detallado gráfico interactivo con todos los 'atropellos' que puede generar el Dakota Access.
Además, el presidente republicano está dispuesto a poner las cosas más fáciles a la industria del automóvil. Ha prometido menos impuestos en este sector y una regulación sobre emisiones más 'light' si construyen más fábricas en suelo estadounidense. Para rematar, también ha ordenado eliminar la página web sobre cambio climático de la Agencia de Protección Ambiental, según indica Reuters.
Trump está dispuesto ahora a obviar estos 'asuntos verdes' en nombre del proteccionismo que guiará su Administración.