El Senado polaco aprobó este sábado la polémica reforma del Tribunal Supremo impulsada por el Gobierno nacionalista de Ley y Justicia, en una medida que ya fue aprobada anteayer por el Parlamento y que en los últimos días ha generado protestas en toda Polonia y el rechazo de las instituciones europeas.
Tras esta aprobación, el máximo órgano de justicia polaco estará bajo control del gobierno que preside Duda, hipotecando el último bastión independiente del país.
Tras más de 16 horas de debate y cerca de 300 enmiendas rechazadas, 55 senadores votaron a favor, frente a 23 votos en contra y 2 abstenciones.
Durante la votación, miles de ciudadanos se manifestaban frente al Senado y a la sede del Tribunal Supremo en Varsovia, al igual que en otras ciudades del país, pidiendo al presidente polaco, Andrzej Duda, que se niegue a ratificar el proyecto de ley e impida su entrada en vigor.
Hace unos días, las instituciones europeas lanzaron un ultimátum al Gobierno polaco. El vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, dijo que si no rectifica y entabla un diálogo sincero con el Ejecutivo comunitario, está dispuesto a activar la denominada 'opción nuclear', el artículo 7 del Tratado.
Ello supondría privar a Varsovia del derecho de voto en el Consejo de Ministros, el máximo órgano de decisión de la UE. "Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, nos estamos acercando mucho a la activación del artículo 7", ha avisado el vicepresidente.
Según el análisis de Bruselas, la última batería de proyectos legislativos que está tramitando el Parlamento polaco, si se aprueba sin cambios, "aboliría cualquier tipo de independencia judicial y pondría a los jueces bajo control político completo del Gobierno". "Los jueces servirán a placer de los líderes políticos y dependerán de ellos desde su nombramiento hasta su jubilación", ha lamentado Timmermans.