Toda persona que compre en Francia componentes con los que se puedan fabricar explosivos deberá identificarse a partir del 1 de septiembre. Así lo ha anunciado el Ejecutivo del país galo al poner en marcha un iniciativa para reforzar su lucha contra el terrorismo.
El decreto publicado en el Boletín Oficial, que entra en vigor este viernes, tiene como objetivo evitar la fabricación entre otros del TATP, usado por la organización yihadista Estado Islámico (EI) en algunos de sus ataques en Europa. El triperóxido de triacetona (TATP), más conocido como la madre de Satán, necesita tres elementos relativamente accesibles: un ácido fuerte como el sulfúrico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y acetona.
El decreto establece que el registro de compras de los precursores de explosivos debe especificar el nombre, apellido, lugar y fecha de nacimiento y dirección del comprador, su documento de identidad, una descripción precisa de la sustancia o de la mezcla y su concentración y cantidad. Los datos recopilados, que estarán en manos de la policía o de la gendarmería, no podrán ser conservados más allá de cinco años a partir de la fecha de su registro.
El uso previsto para esa compra, la fecha y el lugar de la transacción y el modo de pago deben figurar igualmente en el documento que se pedirá a los comerciantes, quienes en caso de no atenerse a la normativa pueden ser multados con hasta 1.500 euros.
El texto impulsado por el gabinete del presidente Emmanuel Macron sigue las recomendaciones de enero de 2013 del Parlamento Europeo y del consejo sobre la comercialización y el uso de precursores de explosivos. Su objetivo: "prevenir las afrentas a la seguridad pública al limitar y controlar la puesta a disposición de los consumidores de determinadas sustancias o mezclas que pueden ser utilizadas de forma indebida para la fabricación de explosivos".
Francia, que sigue en estado de emergencia y que ha vivido en los últimos meses ataques yihadistas contra las fuerzas de seguridad, sufrió en 2015 y 2016 una oleada de atentados que dejó 239 muertos en ataques como los de París el 13 de noviembre de 2015, el del paseo Marítimo de Niza el 14 de julio de 2016 o el del semanario Charlie Hebdó en enero de 2015.