La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) denunciaron las condiciones infrahumanas en las que estaban 20.500 inmigrantes y refugiados retenidos por contrabandistas en Libia, de los que 6.000 aún no han sido liberados.

"Nuestros colegas sobre el terreno describieron una situación de abuso y sufrimiento a una escala sorprendente. La mayoría de los rescatados dicen que sufrieron abusos, incluyendo violaciones y explotación sexual. Muchos dicen que les pegaron y obligaron a trabajar durante horas sin agua o comida", describió en una rueda de prensa el portavoz de ACNUR William Spindler.

Explicó que hasta la fecha, ACNUR y la OIM en colaboración con las autoridades locales han liberado a 14.500 migrantes, muchos de los cuales pueden considerarse como refugiados que huyen de la violencia o la persecución, que se encuentran en centros de detención gubernamentales.

Spindler especificó que "las autoridades" estiman que otros 6.000 permanecen en manos de los traficantes de personas.

Sabratha está situada en la costa libia, a unos 80 kilómetros de Trípoli y a 150 kilómetros de la frontera con Túnez, y es uno de los principales puntos de partida que usan los traficantes de personas para atravesar el Mediterráneo y trasladar a los inmigrantes irregulares a Europa.

Además, esta antigua ciudad es uno de los centros de operaciones de grupos radicales vinculados al grupo yihadista tunecino Ansar al Sharia y a la rama libia del Estado Islámico (EI).

Durante las últimas semanas hubo grandes enfrentamientos entre milicias libias que luchaban tanto por el control de la ciudad como contra los grupos yihadistas y contra los traficantes.

Spindler explicó que mientras ACNUR intenta identificar refugiados, está al mismo tiempo atendiendo a todos los inmigrantes, muchos de ellos mujeres jóvenes y embarazadas o recién paridas, y un gran número de niños.

"Personal de ACNUR ha identificado un número muy preocupante de niños no acompañados, algunos de menos de seis años, que explicaron que perdieron a sus padres en el camino hacia Libia, o en el caos de las últimas semanas", indicó.

Por su parte, el portavoz de la OIM Joel Millman describió unos campos de detención gubernamentales totalmente hacinados y sin los servicios básicos de agua y saneamiento o atención médica.



Spindler agregó que la falta de espacio provoca que muchos de los inmigrantes, incluidos niños, tengan que dormir al aire libre.



Ambos portavoces reiteraron el llamamiento de las agencias que representan para que se abran nuevas vías legales para que los inmigrantes subsaharianos puedan acceder a Europa de forma regular.