Alia Ghanem es la madre de Osama Bin Laden. Todo el mundo tiene algo que decir sobre el hombre que encumbró el terrorismo global, pero, para ella, sigue siendo su hijo, un buen chico al que quiso y que, en algún momento, se equivocó de camino. Hasta este momento, Ghanem se había negado a hablar de él, aunque finalmente ha concedido una entrevista al diario The Guardian, junto a sus otros dos hijos, Hassan y Ahmad.
Ella y el resto de su familia residen en una mansión en Jeddah (Arabia Saudí) la ciudad que ha sido el hogar del clan Bin Laden durante generaciones. La familia afirma que la última vez que vio a Osama fue en Afganistán en 1999.
Ghanem describe a su primer hijo como un niño vergonzoso, capacitado para los estudios. Cuenta cómo se convirtió en una persona fuerte y piadosa con 20 años, cuando estudiaba Económicas en la Universidad Rey Abdulaziz en Jeddah. Es allí donde se radicalizó. "Se volvió un hombre diferente. La gente de la universidad le hizo cambiar. Él era un buen chico hasta que conoció a algunas personas que le lavaron el cerebro. Yo le decía que tenía que alejarse de ellos y él nunca me admitía qué hacía porque me quería mucho".
A principios de los 80, Osama viajó a Afganistán para luchar contra la ocupación rusa. Hassam, uno de sus hermanos, manifiesta que al comienzo era un hombre respetable y, de repente, se volvió Osama el talibán. Reconoce que está muy orgulloso de él como hermano mayor: "Me enseñó muchas cosas". Sin embargo, como hombre le merece una opinión distinta: "Llegó a hacerse famoso a nivel global, y todo para nada".
Su madre nunca sospechó que fuese un yihadista. Una vez se enteró de lo que estaba ocurriendo se sintió "extremadamente enfadada". "No quería que pasase nada de esto. ¿Por qué tiró todo por la borda de esta forma?"
En un momento de la entrevista, Ghanem se retira a descansar a otra habitación y es entonces cuando Hassan y Ahmad comentan que su madre nunca podrá ser objetiva: "Han pasado 17 años desde el 11-S y ella sigue negándolo. Le quería demasiado y echa las culpas a aquellos que le rodeaban. Solo conocía su lado bueno, el que todos vimos. Nunca conoció el lado yihadista".
Su legado
Bin Laden sigue siendo una figura popular en algunas partes de Arabia Saudí, alabado por aquellos que consideran que llevó a cabo "el trabajo de Dios". Lo que queda de su familia más directa son sus dos esposas y sus hijos, que viven en Jeddah. Ahmad, el otro hermano de Osama, manifiesta que mantienen muy buena relación con el príncipe heredero. "Él ha dejado que vuelvan al país sus hijos y sus mujeres". La madre de Osama explica que habla con su harén muchas semanas: "Viven cerca".
Hamza, de 29 años, el hijo más joven de Bin Laden, fue designado el año pasado como "terrorista global" por EEUU y parece estar siguiendo los pasos de su padre. Hassan explica que este había advertido de que iba a vengar a su padre. El ascenso de Hamza Bin Laden en el mundo del terrorismo puede entorpecer los intentos del resto de la familia de dejar de arrastrar el peso del mayor terrorista de los últimos tiempos.