Tras la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, crítico del Gobierno de Arabia Saudí, y las sospechas de que el Ejecutivo de Riad estaría detrás de lo ocurrido, la Corona saudí amenaza con desatar una crisis mundial y tomar represalias contra los países que le impongan sanciones por lo sucedido.
El periodista desapareció el pasado 2 de octubre, en el consulado de Arabia Saudí en Estambul y el Gobierno turco dice tener pruebas de que el periodista fue asesinado y descuartizado en las instalaciones. Arabia Saudí no sólo niega los hechos como ha amenazado con tomar represalias contra los gobiernos que le impongan sanciones.
"El Reino afirma su total rechazo a cualquier amenaza e intento de socavarlo, sea amenazando con imponer sanciones económicas, usando presiones políticas o repitiendo acusaciones falsas que no socavarán el Reino, sus firmes posiciones y su estatus árabe, islámico e internacional", afirmó una fuente anónima del Reino a la agencia oficial SPA.
La respuesta saudí se produce después de las advertencias vertidas por el presidente de Estados Unidos, el principal socio de Riad. "Vamos a llegar al fondo del asunto y habrá un severo castigo", prometió Trump en una entrevista emitida la noche del sábado por la cadena CBS. El Reino Unido, Francia y Alemania se unieron a las críticas, expresando su "grave preocupación" por la suerte del periodista y pidiendo una investigación de lo ocurrido en un comunicado conjunto.
La amenaza de sanciones estadounidenses tuvo un efecto inmediato en la Bolsa de Riad este domingo, que experimentó una jornada de grandes fluctuaciones y que concluyó con un abultado descenso del 3,51 %. El índice Tadawul, el más importante del parqué, terminó la sesión en valores mínimos desde comienzos del año y las acciones de 89 compañías registraron su valor más bajo en 52 semanas, según expertos financieros saudíes.
Desbandada de patrocinadores
La desaparición del economista ha causado también una desbandada de patrocinadores de la conferencia Future Investment Initiative, que se celebrará a finales de mes en Riad y que también se conoce como el "Davos del desierto".
Varios medios que patrocinaban el evento, entre ellos CNN, CNBC, Bloomberg, Financial Times o el japonés Nikkei, han anunciado que se retiran del foro económico, al que sí asistirá la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, a pesar de mostrarse "horrorizada" por la desaparición del periodista.
En su comunicado, el Reino saudí aseveró que el país es indemne a cualquier intento de desestabilización y vaticinó que "estos esfuerzos débiles" de socavar su economía están abocados al fracaso.
Por detrás de los intentos de desestabilización, el Reino saudí señaló que existen "objetivos y agendas ajenos a la investigación", sin citar a los supuestos responsables.
Consecuencias económicas
Arabia Saudí disfruta de una posición privilegiada tanto en términos geopolíticos como económicos y si la advertencia de represalia del domingo sigue adelante, las consecuencias podría ser importantes.
Sus vastas reservas de petróleo le brindan la ventaja más obvia. El reino es el mayor exportador de petróleo del mundo, envía aproximadamente 7 millones de barriles por día, y le otorga a Riad una gran influencia en la economía mundial porque puede hacer subir los precios.
Un editorial en Arab News de Turki Aldhakhil, el gerente del canal oficial de noticias sauditas, Al Arabiya, ofrece una idea de lo que podría estar ocurriendo.
En él se dice que Riad sopesa 30 medidas diseñadas para presionar a los EEUU en el caso de que ese país intente imponerle sanciones. Estas incluirían un recorte en la producción de petróleo que podría elevar los precios de 80 dólares (69 euros) por barril a más de 400 dólares (346 euros), más del doble del máximo histórico de 147.27 dólares (128 euros) alcanzado en 2008.
Esto tendría profundas consecuencias a nivel mundial, no solo porque los automovilistas pagarían más por la gasolina, sino porque aumentaría el coste de todos los bienes que viajan por carretera.
División internacional
Baréin fue el primer Gobierno de la región en apoyar a Arabia Saudí, al manifestar su "total solidaridad" con Riad "contra todos aquellos que intentan socavar o que pretenden causarle daños" al país.
El ministro de Exteriores emiratí, Anuar Gargash, también manifestó su apoyo a Riad a través de un mensaje en Twitter el pasado viernes en el que tildó las críticas a Arabia Saudí como una "campaña feroz".
Los Gobierno de Egipto y Jordania también cerraron filas an torno a Arabia Saudí. El portavoz del Ministerio de Exteriores egipcio, Ahmad Hafez, aseguró en un comunicado el apoyo de El Cairo al reino saudí "en sus esfuerzos y posturas ante este incidente". Hafez advirtió del "intento de aprovechar este caso políticamente" en contra de Arabia Saudí basándose en "acusaciones poco precisas".
Por su parte, el reino de Jordania aseguró estar al lado de Arabia Saudí frente a los "rumores no basados en hechos" que se están dirigiendo contra Riad. "El reino hachemí está al lado de Arabia Saudí contra cualquier rumor no basado en hechos que es dirigido contra el reino hermano", declaró a la agencia de noticias estatal Petra la portavoz del Gobierno, Yumana Gunaimat.
El Gobierno turco no se ha pronunciado oficialmente sobre qué puede haber pasado con Khashoggi y ayer pidió a Arabia Saudí más cooperación en la investigación.