Una ciudadana rusa se ha convertido en la primera acusada ante la Justicia estadounidense de tratar de interferir en las elecciones de EEUU, a poco más de dos semanas de los comicios legislativos de 2018, informó el Gobierno estadounidense.
Elena Khusyaynova, una contable rusa de 44 años y residente de San Petersburgo, fue imputada este viernes por un delito de conspiración para defraudar a EEUU por su supuesta participación en una estructura que financiaba y coordinaba anuncios y publicaciones en redes sociales que pretendían generar división dentro del sistema político de EEUU.
La operación buscaba influir en las pasadas elecciones generales de 2016, en las que Trump salió victorioso, y en los comicios del próximo 6 de noviembre.
De acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia, la acusación formal -que era confidencial hasta ahora- fue registrada en una corte federal en el estado de Virginia y en ella se recoge que entre los intentos de interferencia de la ciudadana rusa se encontraba como objetivo las elecciones venideras de noviembre.
Presuntamente, Khusyaynova se encargó de la gestión financiera de las operaciones de un proyecto conocido como Lakhta, incluyendo el manejo de documentos como gastos en activismo, anuncios en redes sociales, registro de dominios en internet y la compra de servidores digitales.
Entre enero de 2016 y junio de 2018, este proyecto tenía un presupuesto inicial de 35 millones de dólares, aunque sólo una porción de estos fue destinada a EEUU. Entre enero y junio de este año, han invertido 10 millones.
Apoyo de empresas y oligarcas rusos
Según mensajes internos analizados por el Gobierno de EEUU, los miembros del equipo de Lakhta se referían a este proyecto como una "guerra de información contra Estados Unidos".
Este grupo se presentaba supuestamente como activistas estadounidenses y entre sus acciones se encuentra la creación de usuarios falsos en redes sociales.
La acusación anunciada este viernes no se halla dentro de las pesquisas de la llamada trama rusa, sino que fue llevada ante las justicia por autoridades federales comunes y no por la fiscalía especial que investiga la presunta coordinación entre la campaña de Trump y el Kremlin para perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
Sin embargo, el proyecto en cuestión, según EEUU, estaba apoyado por empresas y oligarcas rusos que sí aparecen imputados en las averiguaciones que dirige el fiscal especial Robert Mueller.
Medios locales señalaron que la imputada no se encuentra bajo custodia de EEUU.