Annegret Kramp-Karrenbauer era elegida este viernes nueva presidenta de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) en el congreso de la formación conservadora celebrado en Hamburgo, la ciudad natal de Merkel. Se impuso a los otros dos candidatos, Friedrich Merz y Jens Spahn, ambos de perfil más conservador. Los 1.001 delegados del partido reunidos en la ciudad portuaria del norte alemán eligieron como líder a esta mujer de 56 años, madre de tres hijos.
Kramp-Karrenbauer superaba en segunda votación a Merz, logrando el 51,75% de los votos. En la primera ronda, la ahora presidenta electa de la CDU fue la candidata más votada. Sumó un 45,1 % de los votos de los delegados, quedando por delante de Merz (39,2%) y de Spahn (15,7%). La victoria de Kramp-Karrenbauer fue justa, y de ahí que la vencedora hiciera un llamamiento a la unidad. “Tenemos que estar unidos”, decía la aspirante victoriosa tras su triunfo.
En cualquier caso, con la victoria de Kramp-Karrenbauer o “AKK” - como también la llaman aquí -, se impone el sector más centrista de la familia conservadora. Dicho de otro modo, gana también Angela Merkel, que cierra una era de 18 años de presidencia de la CDU dejando a una persona cercana a su línea política en la dirección del partido. No en vano, a “AKK” también se la conoce por los apodos “Merkel 2” o “Mini-Merkel”.
“AKK”, sin embargo, defiende su autenticidad, aunque es innegable su relación con una canciller que dejó la presidencia de la CDU acusando un mal primer año al frente del Ejecutivo alemán tras las elecciones generales de 2017. En febrero de este año, Kramp-Karrenbauer ya era la secretaria general del partido, después de que Merkel la promoviera para que ocupara ese cargo.
“AKK” es la mejor opción que tenía la canciller para que su legado político fuera defendido. De Frederich Merz se sabían las muchas intenciones que tenía de romper con la línea marcada durante casi dos décadas por la jefa del Gobierno germano al frente de la CDU.
A Merkel, en su último discurso como presidenta de la CDU, se la veía con más emoción que de costumbre pero en la línea de sinceridad de las últimas semanas. “Todos sentimos que éste es un congreso muy especial. Deseo que salgamos de este congreso unidos”, decía la canciller antes de la decisiva votación. Ese era uno de los momentos significativos del día en que la CDU tenía previsto, precisamente, pasar página del liderazgo de la canciller. El testigo de Merkel en la CDU lo toma una Kramp-Karrenbauer que, aunque afín a la canciller, no es en modo alguno una copia compulsada de la lideresa del Ejecutivo teutón.
“Merkel y ella son dos personas muy analíticas, dos mujeres que quieren saber todos los detalles de los temas que debaten políticamente, pero se diferencian principalmente en que Kramp-Karrenbauer es más abierta en su comunicación”, dice a EL ESPAÑOL Kristina Dunz, periodista del diario generalista Rheinische Post y co-autora del libro de entrevistas con la flamante lideresa de la CDU Ich kann, ich will und ich werde (Ed. Propyläen, 2018) o “Puedo, quiero y lo seré”. El título es toda una declaración de intenciones en estos días de campaña interna en la CDU.
“La relación entre Kramp-Karrenbauer y Merkel es muy buena, con ella como nueva presidenta habrá una transición suave en el partido”, plantea a EL ESPAÑOL Josef Janning, responsable de la oficina en Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un think tank europeísta.
Mucho se ha esforzado “AKK” estos días de campaña en subrayar los matices que la diferencian de la canciller. A la revista Stern, en una de las muchas entrevistas que ha concedido en los últimos días, Kramp-Karrenbauer manifestaba cansancio ante la cierta apatía del partido en los años en los que Merkel acaparaba presidencia de la CDU y despacho en la Cancillería Federal. A su entender, “demasiado a menudo” ha pasado que “el Gobierno decía algo y el partido sólo podía decir: 'bien, nosotros también lo hacemos así”. “Esto debe cambiar”, según “AKK”.
Diferencias con Merkel
Kramp-Karrenbauer también ha dejado claro que ella y la canciller son diferentes en lo personal. “Las dos tuvimos una socialización totalmente distinta. No sólo porque ella [Merkel, ndlr.] creciera en la República Democrática de Alemania (RDA). Ella creció en una casa de padres protestantes, mientras que yo lo hice en un hogar católico, y eso influye”, dice “AKK” a Dunz en su libro de entrevistas.
En lo político, Kramp-Karrenbauer se ha forjado una carrera en su región, El Sarre (suroeste germano). Allí ha sido siete años presidenta del pequeño Land del oeste alemán, entre 2011 y este mismo año. Dejó esa responsabilidad para desempeñar en Berlín la labor de secretaria general de la CDU. Su victoria del año pasado en su región, logrando un 40,7% de votos para su partido, era y es un poderoso argumento a su favor frente a Merz y Spahn. En su último discurso como presidenta de la CDU, Merkel aludía el viernes a ese resultado como ejemplo de los éxitos de 'su' CDU.
Merz y Spahn nunca pudieron presumir de un triunfo electoral así. Es más, la nueva presidenta de la CDU viene prometiendo que, con ella al frente, el partido volverá a alcanzar el 40% de votos a nivel nacional. Los sondeos más recientes de intención de voto atribuyen a la CDU un 30%. Los cristianodemócratas siguen lejos del objetivo que pone “AKK”.
Para alcanzarlo, ella y Merkel van a tener que entenderse. Probablemente lo hagan con mayor facilidad que si la canciller hubiera tenido que enfrentarse a Merz como presidente del partido. Merz ha estado siempre asociado a los conservadores críticos con línea política de la jefa del Gobierno alemán. Sin embargo, “muy fácil tampoco va a ser la relación entre Merkel y la nueva presidenta de la CDU, puede que sea difícil, entre otras cosas porque puede que siga habiendo divisiones internas, entre los seguidores de 'AKK' y los fieles a Merz”, estima Dunz, la periodista del Rheinische Post.
Kramp-Karrenbauer, garantía de mantener el partido en el centro
Con todo, ella ve probable que con Kramp-Karrenbauer el gobierno que lidera Merkel se mantenga, siempre y cuando no haya nuevas tensiones con los socialdemócratas, socios gubernamentales de la CDU. La nueva presidenta del principal partido conservador alemán es una garantía de que la formación se mantenga en el centro del espectro político haciendo guiños a la izquierda, según el historiador y profesor de la Universidad de Maguncia especializado en política contemporánea Andreas Rödder.
“Kramp-Karrenbauer es una figura política sólida, aunque le falta ser una buena estratega, en cualquier caso, es más conservadora que Angela Merkel, pero está a la izquierda entre los cristianodemócratas”, dice Rödder a EL ESPAÑOL. El teme que, con su flamante presidenta, la CDU no pueda recuperar el millón de votantes que perdió el partido en las pasadas elecciones generales en beneficio de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Rödder y otros observadores veían a Merz mejor posicionado para hacer ese trabajo. Pero “AKK” está convencida de que ser “conservador no viene de enlatar, sino de preservar lo que nos hace fuertes”, según decía la aspirante el viernes en su discurso de candidatura.
“AKK”, que en su día manifestó su rechazo al matrimonio homosexual – fue aprobado por el Bundestag hace dos veranos – y que en la campaña interna se ha mostrado a favor de aplicar más mano dura con demandantes de asilo que cometan delitos, tiene ahora que convencer a los seguidores de Merz de que con ella la era Merkel también es historia. De momento, lo es en la presidencia de la CDU. Pero Merkel sigue teniendo despacho en la Cancillería Federal.