La Policía de Indonesia investiga hoy las denuncias de que en al menos un hospital se ha extorsionado a los familiares de las 430 personas que murieron en el tsunami del 22 de diciembre en el estrecho de Sonda, que separa las islas de Java y Sumatra.
Según las denuncias, en el Hospital Drajat Prawiranegara (RSDP), situado en Serang, la capital de la provincia de Banten, algunos familiares de muertos en el tsunami han tenido que pagar hasta 3,9 millones de rupias (234 euros) para poder llevarse el cadáver.
El presidente de la ONG Indonesia Police Watch (IPW), Neta S. Pane, reclamó a la policía nacional y provincial que actúen "rápidamente" para detener a los culpables antes de que eliminen las pruebas y evitar que los que han perdido seres queridos en la catástrofe tengan que sufrir dos veces.
Neta reclamó no solo que se recupere el dinero extorsionado sino que además las autoridades publiquen los nombres de los centros sanitarios donde se ha cometido esta "salvajada".
La regente de Serang, Tatu Chasanah, desmintió la existencia de estos cobros y explicó que ni las autoridades locales ni el hospital RSDP se ocupan en estos momentos del traslado de cadáveres a sus ciudades natales porque todas las ambulancias disponibles están dedicadas a atender los supervivientes.
Más de 24.000 afectados
Todos los servicios de salud a las víctimas del tsunami se ofrecen de manera gratuita, añadió Tatu. El número de víctimas por la catástrofe del día 22 se mantiene desde el miércoles en 430 muertos, 159 desaparecidos, 1.495 heridos y 21.991 desplazados.
Las operaciones de rescate y asistencia a las víctimas prosigue mientras la actividad del volcán Anak Krakatau, la presunta causante del tsunami, no ha descendido.
La agencia de vulcanología del país (PVMBG) aumentó el jueves el nivel de alerta del 2 al 3, en una escala de 4, con lo que amplió a cinco kilómetros el radio de exclusión en torno al volcán y recomendó a los habitantes a ambos lados del estrecho de Sonda que mantengan una distancia del mar de entre medio y un kilómetro, como medida preventiva si ocurre otro tsunami.