Cesare Battisti, miembro del grupo terrorista italiano Proletarios Armados por el Comunismo (PAC) y condenado por cuatro homicidios en Italia en la década de 1970, llegó hoy al aeropuerto de Ciampino de Roma directamente desde Bolivia, donde fue capturado tras huir hace un mes de Brasil.
Ahora Battisti, de 64 años, fugado desde hace años, será trasladado a la cárcel romana de Rebibbia donde tendrá que cumplir la cadena perpetua por los cuatro homicidios entre 1977 y 1979 cometidos cuando era miembro del grupo terrorista, un brazo de las Brigadas Rojas.
Su arresto se convirtió en uno de los objetivos del nuevo Gobierno italiano y de su ministro del Interior, Matteo Salvini, quien hoy se encontraba en Ciampino junto con el ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, para asistir a la llegada de Battisti a bordo del Falcon 900 que envió Italia a Bolivia para su extraditación y que aterrizó a las 11.40 hora local (10.40 GMT).
Aunque en un principio se pensó que Battisti sería primero trasladado a Brasil, después de que la Corte Suprema de Brasil -país donde vivía desde 2004- ordenara en diciembre pasado su arresto "inmediato" con la finalidad de extraditarlo al país europeo, finalmente las autoridades bolivianas ordenaron su traslado a Italia.
Según los medios, Italia había pretendido que llegase directamente al país para evitar así un posible último recurso de los abogados de Battisti a la Justicia brasileña.
Salvini, "orgulloso y conmovido"
Otro de los motivos, apunta la prensa italiana, es que si la extradición se producía desde Brasil la pena habría sido inferior, mientras que en Italia le esperan varias condenas a cadena perpetua.
Salvini ha incluso anulado la rueda de prensa posterior al encuentro que mantendrá con el comisario europeo para la Inmigración, Dimitris Avramopoulos, para seguir la llegada de Battisti al aeropuerto romano de Ciampino.
El ultraderechista ministro del Interior colgó en su perfil de Twitter las fotos de Battisti en el avión en el que viaja hacia Italia y escribió: "Estoy orgulloso y conmovido".
Battisti fue condenado a cadena perpetua en 1993 en ausencia por los asesinatos del joyero Pierluigi Torregiani, de dos policías y de un carnicero, mientras realizaban algunos atracos para financiarse.
En uno de estos atracos resultó herido el hijo de Torregiani, que desde entonces está en una silla de ruedas y que siempre ha pedido Justicia por estos crímenes.
El que fuera miembro del PAC, uno de los grupos terroristas de extrema izquierda de los llamados "años de plomo" en Italia, se refugió en Francia en 1990, donde vivió 11 años en calidad de asilado político, amparado por una ley del presidente Francoise Mitterrand, que daba refugio a exguerrilleros que renunciaron a las armas.
En 2004, cuando este país se disponía a revocar su condición de refugiado político, viajó hacia Brasil, donde fue detenido una primera vez en 2009, pero después los anteriores gobiernos y la Justicia brasileña negaron la extradición hasta la llegada del presidente Jair Bolsonaro que había ofrecido a Salvini toda su colaboración para devolver a Italia a Battisti.
En diciembre del año pasado, la Corte Suprema brasileña ordenó su arresto "inmediato" con la finalidad de extraditarlo a Italia.