Ocho diputados del Partido Laborista del Reino Unido anunciaron hoy que dejan la formación de la oposición por discrepancias con el liderazgo del socialdemócrata Jeremy Corbyn.
Aseguran que los fracasos del liderazgo del partido sobre el 'brexit', el antisemitismo y una cultura de intimidación en el partido no les dejaron otra opción.
Estos ocho laboristas se llaman a sí mismos "The Independent Group" ("El Grupo Independiente"). Dentro del grupo están diputadas como Luciana Berger, la candidata a relevar a Corbyn, y Luciana Berger, quien ha hablado sobre el acercamiento del partido al antisemitismo.
En una primera intervención, Berger dijo que ella personalmente deja el partido por considerarlo "institucionalmente antisemita", debido a la debilidad del líder al abordar ese tipo de incidentes a nivel interno.
Theresa May se ha pronunciado este miércoles sobre las acusaciones antisemitas hacia Corbyn. "Nunca pensé que vería el día en el que los judíos estuvieran preocupados sobre su futuro en este país", ha dicho en el parlamento.
"Y nunca pensé que vería el día en el que, alguna vez orgulloso, Partido Laborista fuese acusado de antisemitismo institucional por un miembro de dicho partido", ha añadido.
La última diputada en marcharse, Joan Ryan, lo ha hecho un día después de la salida en bloque de los otros siete diputados. Ryan ha afirmado que hay un "culto alrededor del líder".
Al referirse a las denuncias de antisemitismo en la formación, Ryan admitió sentirse "horrorizada y molesta por la negligencia del liderazgo del Laborismo ante el deber de afrontar este mal".
"Jeremy Corbyn ha permitido el desarrollo de una cultura tóxica en muchos aspectos del Partido Laborista. Y yo no puedo ser más parte de esto. Es por ello que, con pesar, lo he dejado", ha afirmado.
"Estoy decepcionado"
El líder laborista ha dicho que se siente decepcionado por su decisión. "Estoy decepcionado por que estos parlamentarios se hayan sentido incapaces de seguir trabajando juntos por las políticas laboristas que han inspirado a millones desde las últimas elecciones y que vieron al partido aumentar su porcentaje (de votos) a su mayor nivel desde 1945", dijo Corbyn tras conocer la noticia.
El resto de dimisionarios, críticos con Corbyn desde hace tiempo y que comparecieron para exponer sus razones a título personal, son Chuka Umunna, Mike Gapes, Ann Coffey, Chris Leslie, Gavin Shuker, Angela Smith y Joan Ryan.
Además del asunto del antisemitismo, muchos de estos parlamentarios expresaron su desacuerdo con la estrategia del liderazgo laborista para la salida de la Unión Europea (UE) y algunos le reprochan que no promueva un segundo referéndum.
En su pasado congreso anual, el Partido Laborista decidió por mayoría que, ante el fracaso del Gobierno en las negociaciones del 'brexit', primero trataría de promover unas elecciones generales y en última instancia apoyaría una segunda consulta, tras la que dio la victoria a la salida de la UE en junio de 2016.
En su declaración, Berger anunció que este grupo de dimisionarios mantendrán sus escaños en la Cámara de los Comunes y pasarán ahora a ser "independientes".
"No hay necesidad de que nadie se vaya"
El anuncio de hoy, en una rueda de prensa en el centro de Londres, pone fin a meses de conjeturas sobre que un sector de los laboristas descontentos con la línea izquierdista de Corbyn podían escindirse y formar un nuevo partido, algo que de momento no ha sucedido pero que no se descarta de cara al futuro.
Durante el fin de semana, el diputado Stephen Kinnock, también crítico con Corbyn, instó a sus colegas disidentes a no irse y "luchar desde dentro" para modificar la estrategia política.
El líder adjunto, Tom Watson, trató igualmente de disuadir a estos diputados a fin de mantener la formación, que actualmente tiene 256 escaños -frente a 317 de los conservadores-, "viable electoralmente".
El portavoz laborista de Economía, John McDonnell, principal aliado de Corbyn, dijo que "no hay necesidad de que nadie se vaya" y recordó que la opción de un segundo plebiscito "continúa sobre la mesa y puede producirse".
Veterano diputado de izquierdas, Corbyn accedió al liderazgo laborista en 2015 al ganar contra todo pronóstico unas elecciones internas, aupado por las bases pero con la oposición de buena parte del grupo parlamentario.
Varios de estos diputados críticos trataron de desbancarle forzando otros comicios primarios en 2016, que él volvió a ganar ampliando incluso su porcentaje de voto, pero no logró unir a las facciones internas.
Bajo su liderazgo, el Partido Laborista ha virado a la izquierda, con una política contra la austeridad y por la nacionalización de servicios públicos, se ha mostrado ambiguo sobre el 'brexit' y ha elevado el número de afiliados a más de medio millón, la mayor formación europea.