El líder norcoreano, Kim Jong-un, inició hoy una visita de Estado a Vietnam ensombrecida por la cumbre con el presidente de EEUU, Donald Trump, celebrada la víspera en Hanói y que acabó sin acuerdo, aunque todos los implicados evitan hablar de fracaso.
Trump, por su parte, ha regresado de Vietnam agradeciendo en su cuenta de Tuiter las "buenas relaciones" con Kim Jong-un: "Sabemos lo que queremos y ellos saben lo que debemos tener. La relación muy bien, veremos qué pasa".
Declaraciones del presidente estadounidense que sorprenden ya que se marchó de la reunión con el líder norcoreano debido a que el propio Trump rechazó eliminar las sanciones al país. Desde ambos gabinetes, han asegurado estar "ansiosos" por realizar una nueva reunión.
En su primera aparición pública desde el abrupto final de la cumbre, Kim mostró en su encuentro en Hanói con el presidente vietnamita, Nguyen Phu Trong, su imagen más protocolaria, sin declaraciones a la prensa, mientras seguían aflorando versiones sobre los elementos de discordia.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, explicó en Manila que Pionyang había pedido el levantamiento total de las sanciones y lamentó la falta de "claridad" sobre el alcance de su propuesta para desmantelar la central nuclear de Yongbyon.
La versión estadounidense contradice la ofrecida anoche en Hanói por el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong-ho, quien aseguró en una improvisada declaración a los medios que su gobierno solo pidió un levantamiento parcial de las sanciones.
Además, recalcó que Pionyang se comprometió a inutilizar "de forma permanente y completa" todas las instalaciones de producción de material nuclear en Yongbyon.
Pese a las discrepancias, todas las partes se esforzaban hoy en evitar hablar de fracaso, en subrayar los progresos alcanzados y hacían llamamientos a la paciencia y la perseverancia para lograr el ansiado acuerdo en un futuro próximo.
El propio Pompeo apuntó que el gobierno estadounidense está "ansioso" por volver a la mesa de negociación para lograr "paz y estabilidad" en la región y para el pueblo norcoreano, en la línea de lo expresado ayer por Trump.
Los medios norcoreanos obviaron hablar de la falta de acuerdo y de las explicaciones ofrecidas por su canciller y calificaron la cumbre de "positiva" y "productiva" por lograr "profundizar en el respeto y la confianza mutuos".
La agencia estatal de noticias KCNA señaló que al despedirse de Trump, el "líder supremo" Kim se comprometió a celebrar un nueva reunión y a "mantener un estrecho contacto para tratar la desnuclearización de la península de Corea, y para continuar con el histórico desarrollo de las relaciones bilaterales".
El principal diario norcoreano, el Rodong Sinmun, indicó además que Kim agradeció a Trump sus "esfuerzos positivos para lograr una cumbre exitosa", y destacó que los dos líderes aprovecharon la ocasión "para desarrollar sus relaciones en favor de los intereses mutuos" y para contribuir a la paz en la región.
También optó por ver el vaso medio lleno el presidente surcoreano, Moon Jae-in, quien destacó los "progresos significativos" alcanzados durante la cumbre e instó a seguir trabajando en pos de la unificación de las dos Coreas.
La cumbre de Hanói "logró progresos significativos, dado que los dos mandatarios mantuvieron conversaciones en profundidad, impulsaron el entendimiento mutuo y generaron más confianza", dijo Moon durante un discurso en Seúl.
China, uno de los países más interesados en este proceso por su cercana relación con el régimen de Pionyang, reconoció que era inevitable que surgieran obstáculos, pero apeló a la paciencia de ambas partes para buscar una solución política.
"Las dificultades son inevitables, ya que las negociaciones entre Corea del Norte y EEUU han tocado asuntos profundamente arraigados", afirmó el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, citado por la agencia Xinhua.
No parece de esperar que a estas voces se una de momento la de Kim Jong-un, que se limitó a ofrecer un discurso protocolario en su reunión con el presidente vietnamita antes de reunirse con el primer ministro Nguyen Xuan Phuc y la presidenta de la Asamblea Nacional, Nguyen Thi Kim Ngan.
Ninguna parte dio detalles sobre los asuntos tratados, aunque en los últimos meses, Corea del Norte parece haberse interesado en la transición económica emprendida por Vietnam a mediados de los años ochenta, que le ha permitido pasar de un comunismo ortodoxo a una economía de mercado tutelada por el Estado sin que el Partido Comunista pierda su hegemonía política.
Kim culminará su visita el sábado con la visita al mausoleo del héroe nacional vietnamita Ho Chi Minh, con quien su abuelo Kim Il-sung se reunió en Hanói en 1964 en la última visita oficial de un líder norcoreano a Vietnam.
Después viajará en coche a la frontera con China, donde se montará en su tren blindado para un periplo de 4.500 kilómetros que lo llevará de vuelta a casa de vacío.