El Parlamento británico ha aprobado este martes la propuesta de Theresa May para solicitar una prórroga del brexit hasta el 30 de junio. Se trata de un nuevo retraso, el segundo, en el tortuoso proceso de divorcio de la UE mientras la primera ministra trata de llegar a un acuerdo con el líder de la oposición, Jeremy Corbyn.
Los diputados han apoyado de forma holgada la moción: 420 votos a favor por 110 en contra.
En la práctica, los líderes europeos se han resignado ya a dar a Londres una segunda prórroga, probablemente larga, casi sin contrapartidas: ni elecciones nacionales ni segundo referéndum. Lo cierto es que nadie quiere asumir los enormes costes económicos de un brexit salvaje sin acuerdo. Ni siquiera el presidente francés, Emmanuel Macron parece dispuesto a activar sus reticencias y todo indica que Reino Unido participará en las próximas elecciones europeas de mayo.