Mientras todas las miradas se dirigían al incendio de la catedral parisina de Notre-Dame, construida en el siglo XII, otro fuego ocurría, inadvertido, en otra parte del mundo, pues en la noche de este lunes también se incendió la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, quemando el techo de la sala de rezos del edificio.
En las redes sociales se podían ver imágenes del fuego saliendo del tejado de una zona conocida como la sala de rezos Marwani. La Agencia Palestina de Noticias citaba a un guardia del edificio que decía que "el incendio se inició fuera, y se propagó al tejado de la sala de rezos, pero la brigada del Wafq Islámico de Jerusalén -fideicomiso religioso islámico que controla este tipo de edificios- consiguió controlarlo de manera satisfactoria".
La mezquita de Al-Aqsa es el tercer lugar sagrado del Islam y una pieza fundamental en el conflicto árabe-israelí, ya que se encuentra en la ciudad vieja del este de Jerusalén, ocupada inicialmente por Jordania en 1948, más tarde por Israel en 1967, y finalmente anexionada en 1980.
Mientras este incendio ocurría, el presidente palestino Mahmoud Abbas expresaba sus condolencias por el incendio ocurrido en la catedral de Notre-Dame. "La presidencia confirma su solidaridad con nuestros amigos en Francia por este incidente", decía el comunicado.
La sala de rezos está ubicada debajo de la zona sudeste del templo de Mount, que incorpora tanto la Cúpula de la Roca como la mezquita de Al-Aqsa, siendo un complejo muy importante para el Islam y la comunidad árabe.
Desde la mezquita se ha informado de que el fuego se inició en el patio del edificio, y podría haber sido provocado por varios niños que se encontraban en la zona.