Turquía está intentando convencer a Estados Unidos para que deje que la refinería Tupras continúe comprando petróleo a Irán, sin recibir ninguna sanción, según ha comunicado este viernes el portavoz del ministro de Exteriores Hami Aksoy.
Tupras es la mayor importadora de crudo de Turquía, por lo que la prohibición por parte de EEUU a varios países de no poder comprar crudo a Irán a partir del próximo 1 de mayo afectaría fuertemente al país.
Askoy ha dicho en una rueda de prensa este viernes que la decisión de EEUU de rescindir las exenciones perjudican las relaciones comerciales del país. "Las características de las refinerías de Tupras son concretas para el crudo iraní. Estamos intentando convencer a EEUU", ha añadido.
Son varios países los que han adaptado sus refinerías para el crudo iraní, pues China también ha dicho que han invertido miles de millones de euros en adaptar las plantas a ese petróleo que, dicen, les produce mayor margen de beneficio que otros, como el saudí.
El país se ha mostrado contraria a la decisión de EEUU: "China se opone consistentemente a las sanciones unilaterales de EEUU", ha dicho Geng Shuang, un portavoz del ministerio de Exteriores.
"El Gobierno chino tiene la labor de proteger los derechos legítimos e intereses de las empresas chinas", ha añadido. China es el mayor comprador de crudo de Irán, con un total de 30 millones de toneladas al año, lo que se traduce en un consumo de unos 586 barriles de petróleo al día -aunque solo un 6% de las importaciones de crudo del país-.
"Los riesgos no van merecer la pena"
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha comunicado este martes que no renovará la exención a Irán para la compra de petróleo al país. Trump ha asegurado que, a partir del 1 de mayo, el país ya no comprará crudo a Irán.
Esta decisión ha provocado la subida de precio del crudo Brent a 74 dólares por barril, un nivel que no se alcanzaba desde noviembre de 2018.
EEUU ha incluido en la exención a países como China, Turquía, India, Japón, Corea del Sur, Grecia, Italia y Taiwán. Mike Pompeo, el secretario de Estado, ha lanzado una advertencia a estos países: quienes mantengan lazos económicos con Irán tras el 1 de mayo, sufrirán las consecuencias, y asegura que "los riesgos no van a hacer que merezcan la pena los posibles beneficios".