Incinerado por la noche y con los restos tirados al mar. Así exhumó Alemania los restos de Rudolf Hess, lugarteniente de Adolf Hitler. Un 'modus operandi' similar al que Rusia siguió para sacar el cuerpo de Joseph Stalin del Mausoleo de Lenin: 30 personas cambiaron su sarcófago por un ataúd de madera, le retiraron los distintivos militares de su uniforme y le dejaron en una fosa junto al muro de Kremlin. Todo sin invitar a sus familiares al entierro. A estas exhumaciones se sumará presumiblemente, con mayor polémica todavía, la de Francisco Franco el próximo 10 de junio.
No hay que remontarse demasiado tiempo para ver el ejemplo dado por Alemania. Hess fue sacado del cementerio de la localidad de Wunsiedel en julio del 2011. La intención era evitar el peregrinaje que grupos nazis realizaban a la sepultura cada agosto para conmemorar su muerte. Algo que se había prohibido legalmente.
Colaborador en el 'Mein Kampf'
Hess fue compañero de cárcel de Hitler en 1923, colaborando en el libro del futuro dictador escrito entre rejas, Mein Kampf. Más tarde, fue su secretario. Posteriormente, durante el nazismo, se convirtió en su número dos, jefe del partido y ministro en varias ocasiones. Ya en 1946, en los juicios de Nüremberg, fue condenado de por vida a prisión.
Tras 43 años en la cárcel, murió en agosto de 1987 a los 93 años ahorcándose con un cable. Durante todo ese tiempo Hess no disintió de su ideología.
En su caso, la parroquia del cementerio denegó a la familia la prolongación del arrendamiento de la tumba. La decisión provocó la denuncia de una de las nietas de Hess tras lo que se llegó a un acuerdo para la exhumación, que se hizo coincidir con el intento de golpe de estado contra Hitler del 20 de julio de 1944.
Una exhumación por Halloween
Otra fecha representativa fue la de Halloween de 1961. Aquella noche se produjo el traslado de los restos de Stalin, pactado un día antes, en el XXII Congreso del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), liderado por Nikita Jruschov.
Allí se acordó que las "graves violaciones de los preceptos de Lenin, abuso de poder, represiones masivas contra el pueblo soviético honesto y otras actividades en el período de culto a la personalidad hacen que sea imposible dejar el ataúd con el cuerpo en el Mausoleo de Lenin".
Tras retirar su cuerpo del sarcófago del mausoleo lo llevaron al laboratorio donde le quitaron a su uniforme las órdenes y los botones de oro. Sus restos fueron llevados a una fosa junto al muro del Kremlin. La medida reflejaba el sentir del país, que intentaba desligarse de un pasado lleno de muertes.
En el caso de Lenin en 2017 se inició la tramitación de un proyecto de ley para enterrarlo en un lugar común. Vladimir Putin indicó años antes que permanecería allí hasta que lo pidiese una mayoría de la sociedad, intentando evitar divisiones.
Tumbas para nostálgicos y curiosos
De criptas familiares a tumbas en los pueblos de origen. Los lugares de descanso de los dictadores del siglo XX son variados pero para todos hay un elemento común: las visitas de turistas o de nostálgicos.
Es el caso de Salazar en Portugal, que descansa en su pueblo natal, el cementerio de Vimieiro, desde su muerte en 1970. O el de Ceausescu en Rumanía, que reposa en el cementerio de Bucarest, donde se hacen visitas guiadas.
Hay otros casos muy diferentes como el de Benito Mussolini que fue fusilado y mutilado. Sus restos estuvieron en una tumba oculta durante un año, hasta 1947. Unos simpatizantes lo robaron y se lo dieron al convento Cerro Maggiore, algo que el Gobierno italiano sabía. Una década más tarde se devolvió a la familia, que eligió la capilla familiar de San Cassiano, donde todavía hay gente que acude a visitarle.
El mausoleo de la Casa de las Flores de la antigua Yugoslavia es un invernadero creado específicamente para acoger los restos de Josip Briz Tito. Se reabrió al público en 1996 y en fechas determinadas como cuando se cumplen años de su nacimiento o muerte se puede ver a gente acudiendo allí para conmemorarlo.
A la familia de Jorge Rafael Videla las protestas ciudadanas le impidieron enterrar al dictador argentino en su pueblo natal, Mercedes. Tras ello, fue enterrado en Gran Buenos Aires con un nombre falso en su lápida, 'Familia Olmos'. Algo que se supo dos años más tarde, en 2015.
El chileno Augusto Pinochet se encuentra en la capilla privada de la familia en Los Bolos, en Valparaíso. Se le negó un funeral de Estado. El camino era otro, por el que se mueve la tendencia actual, una vez superados los traumas: no exponer los restos en la medida de lo posible y evitar veneraciones.