La plaza del Duomo de Milán se convirtió este domingo en la plataforma de lanzamiento del desafío a la Unión Europea de las fuerzas ultraderechistas y ultranacionalistas convocadas a esta ciudad por el líder de la Liga, el ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini.
Once líderes de partidos de la ultraderecha de varios países europeos, como la francesa Marine Le Pen (de Agrupación Nacional) y el holandés Geert Wilder (del Partido por la Libertad, PVV), intervinieron con breves discursos en un acto organizado en Milán por la Liga ante las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebran del 23 al 26 de mayo próximos.
El acto, que se celebró bajo una fuerte lluvia y en el que participaron varios miles de personas (pero lejos de las 100.000 que se esperaban), sirvió también para proclamar a Salvini como principal líder de los soberanistas y del grupo Europa de las Naciones y las Libertades (ENL) que espera convertirse en la tercera fuerza en el Parlamento Europeo.
Por el escenario, en el que se desplegó una enorme pancarta en la que se leía "Los Italianos primero", fueron pasando Marine Le Pen, Geert Wilders, el eurodiputado austríaco Harald Vilimsky, del Partido de la Libertad (FPÖ, que gobierna en coalición con los conservadores del OEVP), el jefe del checo Libertad y Democracia Directa (SPD), Tomio Okamura, o el presidente de Alternativa para Alemania (AfD), Jörg Meuthen. Faltó a la cita otro gran aliado de Salvini, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
Elogios a los "patriotas" italianos
Además de los elogios a Salvini y a los "patriotas" italianos, los dirigentes ultraderechistas criticaron a los líderes políticos de otros países europeos así como a los de la UE . "Muy bien, Matteo. Estoy seguro que podemos cambiar Europa y que vuelva a ser importante la seguridad en esta Europa, ahora sometida e invadida por inmigrantes", dijo el líder del partido búlgaro Volya, Veselin Mareshki
Como el resto de los líderes que intervinieron, Le Pen también atacó la inmigración, que, dijo, "somete a nuestros países y pone en peligro nuestros pueblos". "No queremos esa oligarquía sin raíces y sin alma que nos dirige con la ambición de querer la sumisión de nuestras naciones", manifestó la líder ultraderechista francesa.
Wilders arremetió contra lo que consideró "las órdenes de las superestrellas" de la UE y clamó: "Basta de inmigración. Basta de islam". "No nos podemos fiar de la élite política (de Europa). Quieren imponer sus leyes. Quieren inundar nuestros países con más inmigrantes y esto no podemos permitirlo. Tenemos que limitar la inmigración. Tenemos que parar la islamización", agregó el líder del PVV entre grandes ovaciones.
Por su parte, Jörg Meuthen reiteró esos ataques a la élite europea, entre cuyos miembros incluyó al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker; al del Banco Central Europeo, Mario Draghi; a la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
La política del "sentido común"
Tras recibir el abrazo en el escenario de sus compañeros de causa, Salvini pronunció un discurso en el que rechazó que estos partidos sean la ultraderecha y afirmó que "los extremistas son los que han gobernado Europa en los últimos 20 años". "Aquí no está la ultraderecha sino la política del sentido común. Los extremistas son los que han gobernado Europa en los últimos 20 años", dijo el líder de la Liga.
Salvini prosiguió diciendo que "los extremistas son los de la especulación y el desempleo; los que han tratado de explicarnos que no había alternativa a la precariedad".
Al igual que los demás oradores, Salvini cargó contra la inmigración y aseguró: "Si hacéis que seamos el primer partido en Europa, la política antimigratoria la llevamos a toda Europa y aquí no entra ni uno más". Respecto a los inmigrantes musulmanes, Salvini señaló: "Una religión que dice que la mujer es menos que un hombre no puede mandar en mi casa".
El líder de la Liga que en discurso ensalzó los mensajes de los papas Juan Pablo II (1978-2005) y Benedicto XVI (2005-2013) sobre las raíces cristianas de Europa, concluyó su discurso con un rosario en la mano y una referencia a los santos patrones de Europa, al tiempo que confió su vida "al corazón inmaculado de María" que aseguró les llevará a la victoria.