Negocios ilegales de oro, células de Hezbolá operando de forma clandestina y una guardia pretoriana de la inteligencia cubana asesorando a Nicolás Maduro. El chavismo resiste en Venezuela pero sus secretos más ocultos empiezan a airearse conforme pasa el tiempo y hasta los colaboradores más cercanos del presidente de facto empiezan a confirmar lo que la oposición venezolana venía denunciando, en muchas ocasiones, en balde.
La primera gran fuga de información del hermético círculo de poder de Maduro la protagoniza el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera. Hasta hace escasas semanas era el máximo responsable del Sebin, la temible 'policía política' de la Venezuela chavista que se encarga de reprimir manifestantes, detener opositores, torturarlos y manejar las cloacas del estado. En la práctica, Figuera era el tercer hombre más poderoso del aparato del poder.
Tras la fallida 'Operación Libertad' con la que Guaidó intentó retomar el pulso de su irregular ascenso al poder, Figuera pasó a la clandestinidad. De despachar con Nicolás Maduro hasta exiliarse a Estados Unidos pasando por Colombia cargado con un 'tesoro' de secretos sobre cómo funciona el Gobierno chavista y cómo ha resistido a las conspiraciones para derrocarlo.
Figuera, el desertor más famoso de las filas chavistas, ha concedido una entrevista al Washington Post en la que cuenta cómo estuvo a punto de caer Maduro a finales de abril, apuñalado por los suyos. Se espera que no sea el último en huir y contarlo y Juan Guaidó ya ha aprovechado la coyuntura para asegurar que el presidente de facto no controla al Ejército, la clave de bóveda que sujeta a duras penas al chavismo en el Palacio de Miraflores.
La conspiración para sacar a Maduro del poder comenzó a finales de marzo con la intervención de César Omaña. Este joven empresario venezolano ejerció de celestino: su objetivo era reclutar al jefe del Sebin para la causa opositora. Omaña tenía lo mejor de los 'dos mundos', contactos con las dos legitimidades que se disputan el poder en Venezuela e hilo directo con EEUU. "Hablamos de un plan inicial de la oposición, una ley de reconciliación y de convencer a Maduro para irse", ha explicado Figuera al diario estadounidense.
El jefe del Sebin, que había asumido el cargo en octubre del año pasado, no tardó en cambiar de bando. "Nunca vi la situación del país y la corrupción del gobierno tan de cerca como la vi en los últimos seis meses. Entendí que Maduro es la cabeza de una empresa criminila en la que su propia familia está involucrada", argumenta Figuera.
La influencia de Cuba
En unas acusaciones que no han podido ser comprobadas por el Washington Post, el ahora desertor denuncia tramas de lavado de dinero que implican al vicepresidente, facciones de la guerrilla colombiana del ELN dispuestas a defender Venezuela de una hipotética invasión y hasta células de Hezbolá operando de forma clandestina en varios estados del país.
También ofrece más detalles sobre la influencia de Cuba en el círculo más próximo a Nicolás Maduro. Según su relato, el líder chavista cuenta con un ejército de asesores cubanos que filtra todas sus reuniones y guía todas sus decisiones. Una suerte de guardia pretoriana que dirige por teléfono el propio Raúl Castro. "Si Maduro está en una reunión, puede ser interrumpida en cualquier momento por una llamada de Castro", explica.
El jefe del Sebin se convirtió en aliado de la oposición y llegó a reunirse con Leopoldo López -que en ese momento estaba bajo arresto domiciliario- para coordinar un levantamiento que tenía fecha fijada en el calendario: el 1 de mayo de 2019. El plan contemplaba, además de la adhesión de varios destacados militares, una sentencia del Tribunal Supremo para dotar de poder a la Asamblea Nacional -controlada por la oposición y liderada por Guaidó-. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, estaba llamado a apoyar la sentencia y precipitaría como responsable de las Fuerzas Armadas la salida de Maduro.
Al mando del órgano judicial chavista estaba y está Maikel Moreno, pero esta parte del plan no se produjo y terminó por frustrar la efectividad de la 'Operación Libertad'. Cuenta Figuera que los conspiradores hasta se pusieron nombres en clave, él era 'Pantera negra', Omaña era "Superman"... De nada sirvió.
El 28 de abril el jefe del Sebin telefoneó a Vladimir Padrino para reconfirmar el plan. La conversación ni llegó a producirse. El ministro estaba en el cine viendo Avengers: end game y no quería que nadie le molestara. La desconfianza de Figuera saltó y unida a los rumores de una detención de Guaidó y a las amenazas de los 'colectivos' fieles a Maduro obligaron a adelantar la 'Operación Libertad'.
La imagen de Guaidó junto a Leopoldo López -icono de la oposición- fue lo más efectivo de un levantamiento que nació mutilado, sin los apoyos clave del ministro de Defensa y el aparato judicial. Venezuela y el mundo asistían a un levantamiento militar que podía acabar con Maduro, pero desconocían lo que sucedía entre bambalinas. Maduro llamó al jefe del Sebin para que se presentara en el Helicoide, el cuartel central de la policía política. "Estaba nervioso y no paraba de preguntar qué estaba pasando", recuerda Figuera, que dudó si entregarse y optó finalmente por exiliarse a Estados Unidos con los secretos de Estado que ahora empieza a revelar.