El Tribunal Supremo de Francia anuló este viernes la decisión de una corte de apelación de ordenar que se reanudara la alimentación e hidratación artificial del francés Vincent Lambert, hospitalizado en estado vegetativo desde hace más de diez años.
El caso se ha convertido en el país en símbolo del debate sobre la eutanasia y mantiene enfrentada a su familia, en la que sus padres, fervientes católicos, luchan por mantenerlo con vida y su mujer y tutora legal intenta que sea desconectado.
La decisión del Supremo, que solo se centró en las competencias judiciales de la Corte de Apelación, llega tras el recurso presentado por el Gobierno francés y el hospital de Reims, en el que Lambert, antiguo enfermero de 42 años, está ingresado.
El dictamen del Supremo considera incompetente a la otra corte y declara el caso cerrado al no reenviarlo a ningún otro juez, lo que de forma indirecta autoriza al equipo médico a desconectar a ese antiguo enfermero de 42 años.
El Ejecutivo y el hospital decidieron acudir al Supremo después de que el Tribunal de Apelación ordenara el pasado 20 de mayo reanudar su alimentación artificial horas después de que los médicos iniciaran el protocolo para suspenderla.
Los abogados de los padres anunciaron que pedirán al Comité de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad -que pidió frenar la desconexión de Lambert mientras revisa el caso- que intervenga ante el Gobierno francés.
En ese sentido, informaron de que la madre del paciente intervendrá este lunes en Ginebra ante la Comisión de la ONU de Derechos Humanos para presentar el caso de su hijo tetrapléjico.