Con imágenes de ocho fotógrafas y cinco fotógrafos del continente africano, un 'Parlamento de las mujeres de África' muy especial se ha instalado en Dakar para contribuir a que la sociedad senegalesa se interrogue sobre los derechos de la mujer.
Ese es el sugestivo título de una exposición que acoge el Museo de la Mujer, en la Plaza del Recuerdo Africano, con obras de artistas procedentes de países como Senegal, Malí, Costa de Marfil, Congo-Brazaville y Benín.
En una gran sala con muros blancos, las fotografías, que pueden verse hasta el 30 de agosto, se han colocado con mimo para atraer al visitante con la intención de que reflexione sobre la violencia que sufren las mujeres o sobre los roles de género, entre otras temáticas.
"¿Y si invirtiéramos los roles?", se pregunta el senegalés Ismaïla Diouf, cuyo nombre de artista es Lemrite.
Es el título que le ha puesto a su obra, en la que hombres de distintas edades aparecen cocinando, con una escoba, limpiando la ropa a mano y un bebé a la espalda o con leña sobre la cabeza, papeles que corresponden tradicionalmente a la mujer en África.
El lugar de la mujer en África
Los roles impuestos por el género son la temática más cuestionada en las fotografías. La senegalesa Nana Marie Hélè Faye (NAN'ART) lo resalta a través de zapatos atribuidos a los hombres y unos tacones rojos, considerados una prenda del sexo femenino.
El también senegalés Ibrahima Dia (Mystic Bram's) alude a la religión, vistiendo a una mujer con un bubú (túnica que visten los hombres en África) y el sombrero que utilizan los varones en el islam, y con la indumentaria eclesiástica propia de los obispos.
Con unas fotos que destacan por sus tonos oscuros y su juego de luz y sombras, Phillis Lisa (Ly Lagazelle) revisa las limitaciones a las que se enfrentan las mujeres a la hora de escoger una carrera profesional.
"Quiero mostrar aquí, en el África negra, que hay ciertos oficios que nosotras podemos ejercer, hablando de género y el lugar que ocupa la mujer en la sociedad africana", declara a la agencia Efe Lisa, fotógrafa marfileña residente en Marruecos.
Koukambakana Matthieu Urielle, originaria de Congo-Brazaville y asentada en Senegal desde hace cinco años, titula su serie fotográfica 'Sexismo', protagonizada por las piernas y la minifalda roja de una joven para expresar sus experiencias, como la primera vez que lució esa prenda y no dejaron de mirarla de arriba a abajo.
La senegalesa Oumou Kalsoum Baldé también aborda traumas personales y, con unas instantáneas completamente movidas pero muy expresivas en las que se distingue a una mujer, narra la violación que una joven de su barrio sufrió cuando tan sólo tenía 12 años.
Otros fotógrafos se vuelcan en homenajear a las mujeres, como el senegalés Cheikh Ahmadou Bamba Mbow (Xaadim).
"Yo no hago reivindicación, yo idealizo y rindo tributo a la mujer", dice este artista.
Esta exposición fotográfica es el resultado de un taller de quince días celebrado en el Aula Cervantes de la capital senegalesa organizado por la Agencia de la Cooperación Española (AECID) y la Federación Africana sobre el Arte Fotográfico (FAAP), creada en febrero de 2018 por el fotógrafo local Mamadou Gomis y a la que ya pertenecen más de 150 africanos de una treintena de países.
Mientras el grupo de artistas decide en el taller cuáles son las mejores fotografías para la serie de Urielle, una profesora la invita a leer un texto que ha redactado y cuyas palabras quiere que resuenen en la cabeza de aquellas personas que vean su trabajo.
"Porque la igualdad no es sólo una opción política, sino un derecho", lee en su libreta, en la que tiene escrito también que una mujer tiene derecho a "no ser acosada en las calles, no ser violada, tener el mismo salario, vestirnos como deseamos".
"Decir que las mujeres son frágiles y delicadas es una manera de reservarles un lugar inferior" porque "las mujeres tienen su sitio en el lugar que quieran", concluye Urielle.
Promover la igualdad
Marta Moreiras, fotógrafa española establecida en Senegal y profesora en el taller, asegura que los participantes "tienen una actitud muy positiva, muy proactiva, mucha voluntad y muchas ganas de trabajar. Hacía tiempo que no me encontraba algo así".
"Pero claro -continúa-, es que el contexto es completamente diferente. Aquí, al no haber una escuela de fotografía, cualquier oportunidad de formación y de desarrollo que puedan encontrar, de la práctica que ellos hacen, la aprovechan al máximo".
La pasión por estos talleres lo demuestra el esfuerzo en llegar a Dakar de Carlos G. C. Sodokpa, que tomó un avión de Benín a Malí y de allí un autobús hasta Dakar para asistir a la formación, a pesar de saber que ese gasto no estaba pagado por los organizadores.
"Me parece una manera de demostrar el entusiasmo que tiene la gente para la formación y muestra las pocas formaciones que se hacen en África sobre fotografía", explica a Efe Inés Diego, responsable de programas en la oficina de la AECID en Senegal.
Para seleccionar a los participantes se tuvo en cuenta que fueran de países africanos y se les pidió un portafolio para conocer su trayectoria.
También debían proponer un proyecto con un enfoque de género y por eso, aunque al principio se pensó en un taller compuesto sólo por mujeres, finalmente también se involucró a hombres.
"Tener una visión masculina de un tema de igualdad es de un valor importante", explica a Efe Anna Belén Revelles, coordinadora general de la cooperación española en Senegal.
"Por eso no íbamos a desestimar candidaturas masculinas, aunque íbamos primero a promover a las candidatas. Pero si hombres se habían presentado a sabiendas de la temática, también valía la pena poder al menos tener una entrevista", añade Revelles.
Sabiendo que una imagen vale más que mil palabras, el 'Parlamento de las mujeres de África' contiene la esencia de lo que se buscaba con este proyecto: dar voz, posicionar a las mujeres y promover la igualdad.