El 77º primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, dejó claro cuáles serán sus principales objetivos durante su primer discurso. Frente a la famosa puerta negra del número 10 de Downing Street, Johnson aseguró que su intención es cerrar el proceso de desconexión con la Unión Europea antes del 31 de octubre sí o sí. También trató temas como la sanidad pública, la educación y anunció la contratación de 20.000 nuevos policías para combatir el crimen, entre otras medidas.
Tras escuchar su alocución, podría parecer que a Johnson sólo le preocupa el Brexit. Pero, el Reino Unido se enfrenta a otros problemas que seguro estarán en la mesa de su despacho de Downing Street en las próximas semanas y meses. A saber, la crisis diplomática con Irán después de la captura de un petrolero británico en aguas del Estrecho de Ormuz, la cuestión de Gibraltar, la demandas desde Escocia de un nuevo referéndum de independencia o cómo será la relación del nuevo gobierno con la Administración Trump.
'Brexit' duro o elecciones anticipadas
Estos tres años, desde que los británicos decidieran en un referéndum la salida del Reino Unido de la UE, se han llevado por delante a dos prime ministers y se ha aplazado en dos ocasiones la fecha de salida. No hay duda de que el brexit es el mayor reto al que se enfrenta Boris Johnson.
Hace un año, julio de 2018, Johnson decidió abandonar la cartera de Asuntos Exteriores debido a sus discrepancias con Theresa May respecto a la fórmula escogida para la retirada del Reino Unido de la UE. El ahora nuevo prime manifestó que resultaba imposible impulsar el brexit cuando la mayoría de ministros del gabinete eran partidarios de permanecer en la UE.
Sin embargo, ahora se ha rodeado de un gabinete de ministros euroescépticos que le permitirán sin discusión hacer del Reino Unido “el mejor lugar de la Tierra", como señaló Johnson en su discurso. Este nuevo gobierno tendrá que iniciar un nuevo capítulo en las relaciones con la UE. De momento, el primer ministro ya manifestó que su intención es ejecutar el brexit el próximo 31 de octubre, con o sin acuerdo.
Esto no parece una tarea fácil si no logra el apoyo de la Cámara de los Comunes, que desde el principio se ha postulado en contra de cualquier salida sin acuerdo. En este sentido, el Parlamento aprobó hace unos días una cláusula que impide suspender las sesiones de la Cámara para forzar un brexit sin acuerdo.
En el mes de septiembre y los primeros días de octubre se intensificarán las negociaciones entre Londres y Bruselas. Es muy probable que esta negociación fracase y el resultado más probable sean unas elecciones generales anticipadas en Gran Bretaña. Sin duda, estos comicios dejarían un Parlamento totalmente imprevisible.
Cabe la posibilidad de que Johnson tenga el poderío para unir a los votantes partidarios de un ‘brexit duro’ y que los defensores de la permanencia se dividan entre los laboristas, los demócratas liberales, los nacionalistas escoceses y galeses y los verdes.
Crisis con Irán: captura del 'Stena Impero'
El segundo asunto más urgente que tiene en su agenda Boris Johnson es la crisis diplomática con Irán. La semana pasada la Guardia Revolucionaria iraní capturó el petrolero británico 'Stena Impero' en aguas del Estrecho de Ormuz. En la embarcación había 23 tripulantes, ninguno de ellos resultó herido en el secuestro.
La tensión entre Irán y EEUU ha escalado en los últimos meses y se ha trasladado fuera del golfo Pérsico, implicando al Reino Unido, cuyas fuerzas detuvieron a petición estadounidense un petrolero iraní en Gibraltar. Las autoridades de Gibraltar sostienen que el buque llevaba petróleo a Siria, lo que viola las sanciones impuestas por la Unión Europea, pero Irán niega que el país árabe fuera su destino. Hasta ahora, ha evitado una confrontación seria con el régimen de los ayatolás y ha defendido en todo momento el acuerdo nuclear, junto a Alemania y Francia.
Independencia de Escocia
Por otro lado, la llegada de Boris Johnson ha provocado que la ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, exija con más fuerza un nuevo referéndum de independencia para la nación. En una misiva dirigida al nuevo primer ministro británico, Sturgeon auguró que Johnson será "el último primer ministro" del Reino Unido (que integran Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte) y afirmó que es "más importante que nunca" que Escocia tenga una alternativa al ‘brexit’.
El pasado abril, la ministra principal adelantó su intención de impulsar un nuevo referéndum de independencia para Escocia antes de que termine la actual legislatura en 2021, unos planes que se aceleran con la llegada de Johnson.
Un 62% de los escoceses apoyó la permanencia en la Unión Europea en el plebiscito, algo que recordó Sturgeon a Johnson. Además, Sturgeon subrayó en su carta que un reciente análisis elaborado por el Gobierno de Edimburgo apunta a que una salida de la UE a las bravas podría costarle a los escoceses cerca de 100.000 empleos.
“Gibraltar no está en venta”
Por otra parte, el ‘brexit’ que promete Johnson tendría consecuencias inmediatas para la situación actual de Gibraltar y afectaría directamente a las relaciones de Londres y España. Hace dos años, Boris ya mandó un mensaje a las autoridades españolas respecto al Peñón: "Gibraltar no está en venta. Gibraltar no se puede negociar. Gibraltar no será regateado", clamó el entonces ministro de Exteriores.
La amistad con Trump
También habrá que estar atentos en los próximos meses a la relación entre Donald Trump y Boris Johnson. Trump es un admirador confeso del nuevo primer ministro. De hecho, Boris viajó a Estados Unidos para convencer al presidente de los EEUU de que no abandonase el pacto nuclear firmado en Viena en 2015.
Su relación se puede estrechar si Gran Bretaña abandona la UE sin acuerdo y, esta amistad, puede provocar que el Reino Unido vire su posición respecto al acuerdo nuclear. Este sábado el primer ministro británico y su homólogo estadounidense han mantenido una conversación telefónica y se han comprometido a negociar un "ambicioso" pacto comercial bilateral cuando el Reino Unido deje la Unión Europea.
Hasta hace unos días, las relaciones de la Casa Blanca con el Reino Unido estaban muy deterioradas. Todo empezó cuando el exembajador británico en Estados Unidos, Kim Darroch, presentara su dimisión a raíz de una polémica surgida al filtrarse unos documentos que decían que la Administración de Donald Trump es "disfuncional" e "inepta".
En medio de esta crisis diplomática entre Londres y Washington, Boris arremetió duramente contra Darroch, mientras que Theresa May ensalzó “la lealtad y el testimonio honesto” de su embajador.
Donald Trump y Boris Johnson, dos líderes egocéntricos y populistas, que han apostado parte de su influencia a mantener su amistad. Ambos pueden formar una pareja explosiva en el tablero de la política internacional de los próximos años.