Tras las dos últimas matanzas perpetradas en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha declarado, durante una rueda de prensa, que los condenados por crímenes de odio deberían encarar ejecuciones "rápidas" y ha exigido "pena de muerte" para los autores de los tiroteos indiscriminados.
El domingo condenó públicamente los dos tiroteos y afirmó que "el odio no tiene cabida en EEUU", en referencia principalmente al caso de El Paso donde el asesino fue un hombre de 21 años admirador del presidente y con una clara ideología supremacista, que decidió ir a matar a los inmigrantes que se encontrase en su camino.
A pesar de que los asesinatos fueron cometidos por un estadounidense, el presidente pidió apoyo a los demócratas para llevar a cabo la "reforma migratoria que se necesita desesperadamente" y mencionó hacer una reforma de la ley de armas que siempre ha defendido, aunque sin aclarar qué tipo de reforma.
"No podemos permitir que los asesinados en El Paso (Texas) y Dayton (Ohio) mueran en vano. Nunca podremos olvidarlos, y a aquellos que vinieron antes que ellos. Los republicanos y los demócratas deben unirse y obtener fuertes verificaciones de antecedentes...", escribió en Twitter adelantando la línea de su discurso.
Durante sus declaraciones de este lunes, el presidente ha vuelto a condenar estas "matanzas bárbaras" y ha pedido que se rechace el racismo: "Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y la supremacía blanca", ha afirmado.
Culpa de los videojuegos
Sin embargo, la mayor parte de su discurso se ha centrado en culpar a los videojuegos violentos o a la falta de acceso a tratamientos de salud mental: "Tenemos que detener la glorificación de la violencia en nuestra sociedad, esto incluye los videojuegos violentos que están en todas partes y a los jóvenes que se rodean de una cultura que celebra la violencia. Tenemos que hacer esto inmediatamente para reducir la violencia sustancialmente".
"El cambio cultural es difícil pero cada uno de nosotros puede escoger una cultura que celebra el valor y la dignidad de toda vida humana. Es eso lo que tenemos que hacer", ha continuado. Además, ha vuelto a defender el fácil acceso a las armas: "Es la enfermedad mental la que aprieta el gatillo, no las armas".
Críticas de los demócratas
Estas afirmaciones han sido duramente criticadas por congresistas demócratas, que han culpado directamente a Donald Trump por lo sucedido y le acusan de alentar el supremacismo con sus discursos.
"Usando las palabras 'invasión', 'infestación', con respecto a un grupo específico de personas, implicando que son alimañas: este es el lenguaje de la supremacía blanca y llega hasta la cima. No es una cuestión de posturas políticas. Esto está avivando el odio y poniendo en peligro al país", ha escrito la congresista por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez.
La demócrata añadía además un tuit de la escritora Natalie Martinez que recuperaba antiguos 'posts' de Facebook de Trump en el que criticaba la inmigración -calificándola de "invasión"- y animaba a la construcción del muro con México.
El candidato a las primarias demócratas, Julián Castro, ha afirmado que Trump "no es apto" para liderar el país y ha asegurado que sus palabras son "huecas": "Él dice 'debemos condenar el racismo, la intolerancia y el nacionalismo blanco', pero a menudo sirve como su portavoz nacional. En esta emergencia nacional, nuestro presidente está moralmente en bancarrota. Nos merecemos algo mejor".