Construir una nueva ciudad de cero, con un presupuesto de casi 33.000 millones de dólares y en menos de cinco años para que se convierta en la nueva capital de Indonesia. Ese es el ambicioso plan que ha presentado el presidente del país, Joko Widodo, ante el irreversible hundimiento de Yakarta. 

Yakarta se hunde, literalmente. Tras años de invertir presupuesto en intentar mejorar sus graves problemas estructurales, el exceso de población y la alta contaminación sin mucho éxito, el presidente  Joko Widodo ha dicho basta y ha presentado formalmente un plan para construir una nueva capital en isla de Borneo y trasladar poco a poco a la población, empezando por el centro administrativo del país.

Yakarta lleva años sufriendo graves inundaciones que asolan algunos barrios de la ciudad, principalmente la zona norte, y se estima que cada año el suelo se hunde entre 10 y 15 centímetros de media, ya que la ciudad fue levantada sobre marismas y, por tanto, no cuenta con una buena base. 

Asimismo, en los últimos años se ha disparado la construcción por la llegada de empresas extranjeras y de indonesios de la zona rural, lo que ha provocado que las empresas drenen los acuíferos y creen pozos ilegales que, como explica The New York Times, causan que la roca y el sedimento sobre el que se encuentra Yakarta se desmorone. Si continúa así, los expertos advierten de que en 2050 un tercio de la ciudad podría quedar bajo el mar. 

Exceso de población

Además de las marismas y pantanos bajo la superficie, Yakarta sufre el grave problema de la superpoblación. Alrededor de unas 10 millones de personas viven en la ciudad y 40 millones en el área metropolitana, ya que esta megalópolis es el centro administrativo, gubernamental, financiero y comercial del país.

El presidente Widodo ha sido demandado por grupos ecologistas debido a la alta contaminación de Yakarta. Efe

El exceso demográfico provoca a su vez altas tasas de contaminación que han intentado solventarse a lo largo de los años con la construcción de metro y una línea de ferrocarril. También se ha intentado reducir el tráfico con medidas similares a las empleadas en contadas ocasiones en Barcelona o Madrid que consisten en negar en días alternos el acceso a coches con matrículas pares o impares. 

El ambicioso plan de Widodo se tendrá que desarrollar en tiempo récord, ya que tiene previsto que en 2024 se lleve a cabo el traslado de 1,5 millones de personas entre funcionarios y miembros de la administración. "Este gran proyecto tendrá que hacerse rápidamente para evitar que Yakarta se hunda bajo el mar" aseguraba el presidente durante su anuncio. 

Menos riesgo naturales

Por el momento quedan muchos cabos sueltos. En primer lugar, no se ha aprobado la ley para comenzar con la ejecución y el proyecto lo tendrá que presentar ante el Parlamento. En este sentido, el ministro de Planificación, Bambang Brodjonegoro, confirmó que la adquisición de terrenos no se hará hasta 2020, año en que dará comienzo la construcción "prácticamente de cero". 

Según The Guardian, las obras se harán en un principio en una parcela de 40.000 hectáreas -que se irá ampliando poco a poco-, aunque Bloomberg ha informado recientemente que el gobierno controla alrededor de 180.000 hectáreas en la zona prevista para la nueva capital, que por el momento tampoco tiene nombre

Con respecto al terreno de construcción, la capital pasará de estar en la isla de Java al sureste de la isla de Borneo -cuyo terreno es compartido por Indonesia, Brunéi y Malasia-. Jokowi -como llaman popularmente a Widodo- explicó que la elección de esta isla se debe principalmente a que es una zona "con un mínimo riesgo de desastres naturales como tsunamis, terremotos o volcanes" que azotan frecuentemente otras islas del país. 

Aunque se desconoce el punto exacto de la ubicación, se sabe que el territorio se extenderá entre las regiones de Penajam Paser Utara y Kutai Kartanegara y estará cerca de importantes ciudades como Balikpapan -que es la capital provincial- y Samarinda -que está conectada al puerto donde llegan importantes cargamentos de petróleo y carbón, y a un aeropuerto internacional-. Asimismo, Widodo justificó que esta región "está en el centro del país"

Mapa de la previsible ubicación de la nueva capital de Indonesia. E.E.

La mudanza también ayudará a disminuir la presión demográfica de la isla de Java, donde viven más de 140 millones de personas es decir, aproximadamente el 54 % de la población de todo el país. Mientras tanto, tal y como explica The Guardian, el territorio de Borneo perteneciente a Indonesia (llamado Kalimantan) tiene una densidad de población 38 veces menos a la de Java, a pesar de que es 4 veces más grande

Falta de presupuesto

Además de la evidente falta de tiempo, Widodo también tendrá que hacer frente a un escaso presupuesto. Según anunció, está previsto que estas primeras obras que pretenden acoger a más de un millón de personas en menos de 5 años, costarán 33 mil millones de dólares -unos 29 mil millones de euros-, de los cuales el gobierno solo pondrá un 19 %.

El otro 81 % del presupuesto será financiado por "fondos privados y convenios público-privados". La Asociación de Empresas de Bienes y Raíces de Indonesia (REI DPP), ya se ha puesto a disposición del presidente para colaborar en el desarrollo de la ciudad, aunque han advertido que "llevará mucho tiempo".

También han pedido al gobierno que tome medidas para evitar la  especulación. "He escuchado que los precios de la tierra ya están subiendo. Debemos distinguir entre los desarrolladores y especuladores", dijo el presidente de REI DPP, Soelaeman Soemawinata, que tiene una actitud positiva pero más realista que el gobierno sobre la construcción de la nueva ciudad.

Oposición

Aunque no es la primera vez que se plantea cambiar la capital -ya se mencionó la idea en 2018 y durante la presidencia de Sukarno entre 1945 y 1967- el proyecto ha generado opiniones diversas entre la población y la clase política. Fadli Zon, vicepresidente de la Cámara de Representantes y miembro de la oposición, calificó la decisión de "precipitada". "El gobierno debería centrarse primero en los trabajos pequeños, no pensar en trasladar la capital", reprochó. 

Pero la principal preocupación viene por parte de los grupos ecologistas, ya que la ciudad será construida cerca del parque nacional Bukit Soeharto. Es una de las pocas zonas de Borneo donde viven orangutanes libremente, que están en peligro crítico de extinción en la isla por la deforestación y la caza ilegal. "El gobierno debe asegurarse de que la nueva capital no se construya en un área protegida o de conservación", dijo a la AFP Jasmine Putri, activista de Greenpeace en Indonesia.

A este respecto, Widodo afirmó que quiere construir "una ciudad inteligente y verde en tierras estatales" y ha asegurado que "el impacto ambiental será positivo". "No vamos a perturbar ningún bosque protegido existente, lo vamos a rehabilitar" declaró el ministro de Planificación al South China Morning Post.

Por el momento el gobierno indonesio no ha profundizado en sus planes ni ha mostrado planes o diseños que ofrezcan una idea de cómo será la futura capital del país. Sin embargo, parece dispuesto a dar luz verde a las constructoras en cuanto se apruebe en el Parlamento, algo que también está por ver.