Italia entera se ha escandalizado por lo ocurrido. Deborah Prencipe y Laura Ortolani son una pareja joven. La primera decide mudarse al pueblo de la segunda, en provincia de Milán. Por esta razón busca un apartamento para alquilar, lo encuentra y decide quedárselo. Ella y la propietaria, aproximadamente de su misma edad, acuerdan los términos del contrato para que éste empiece en octubre. Pero dos semanas antes del inicio del alquiler, la propietaria empieza a poner excusas, vía WhatsApp, para no comprometerse en el alquiler.
Unas de las excusas, fue que había cambiado de idea y que prefería vender la casa. Esto a Deborah empezó a parecerle extraño, con tan poco tiempo de preaviso. Entonces, interviene la madre de la propietaria, Patrizia, que empieza a mandarles notas de audio a través de la conocida aplicación de mensajería. El problema de Deborah es que ha nacido en Foggia, una ciudad del Sur de Italia: "Para mí, meridionales, gitanos y negros son exactamente lo mismo".
"Para mí los meridionales serán meridionales hoy y siempre", explica la propietaria madre en el primer audio: "Soy racista al 100%. Mire, si quiere comprarse la casa cómpresela. Pero lo que cuenta es lo que está escrito en el documento de identidad y yo, como lombarda, ésta es mi opinión. Soy racista y me parece perfecto, y lo que usted piensa no me importa nada. No vamos a ponernos a discutir".
En un segundo audio, la señora racista, ante la intención de que Deborah publique lo ocurrido en la red social Facebook; sigue con su argumentario con cierta chulería: "Escriba debajo del post [de Facebook] que la señora en cuestión es una salviniana, porque su capitán es Salvini", refiriéndose al líder soberanista de la Liga. "Ya cuando estaba el anterior líder, Umberto Bossi, esta señora estaba en primera línea. Lo escriba, sin problemas. Ponga qué hacemos nosotras, las leguistas. Y ponga también esto: soy muy feliz de ser una leguista. Lo publique sin problemas, no siento ninguna vergüenza por ello".
Como era de esperar, el caso ha pasado a ser nacional causando indignación en todo el país, tanto en los medios de comunicación como en la calle. Ha tenido que intervenir el propio Matteo Salvini, asegurando: "Es una cretina. No conozco a esta persona, pero desde luego está muy lejos de mi forma de pensar". "Al parecer vuelven los carteles No alquilamos a los del Sur, que nunca pasan de moda", explica Laura Ortolani, quien ha explicado todo también a través de las redes sociales y quien entregará "todos los datos y la documentación a las autoridades competentes".
Perdón y excusas
La señora Patrizia, ahora que su caso es de dominio público, ha decidido pedir perdón en la cadena radiofónica privada Radio 24 la emisora del célebre diario económico Il Sole 24 Ore: "No soy racista, ni siquiera salviniana, no soy de nadie". En las frecuencias de Radio 24, ha asegurado que, efectivamente, ella quería vender la casa, pero por culpa de la insistencia de la chica por el apartamento perdió la paciencia. Aun así, admite su culpabilidad: "Me he equivocado, he perdido la cabeza. ¿Y ahora qué hago, me pego un tiro?". Está dispuesta, sin embargo, a corregir su error: "Pido perdón, si quiere el apartamento es suyo, pero ya no me contesta".
Este fin de semana el lider soberanista de la Liga, Matteo Salvini, ha acaparado la atención de los medios de comunicación italianos debido a la tradicional cita de Pontida (cerca de Milán), donde los seguidores fieles a la Liga se reunen anualmente en una fiesta del partido para escuchar al líder de su formación. En Pontida, Salvini, a diferencia de la pasada edición, este año el leguista volvió como ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Interior. Lo cual, sin embargo, no ha bajado en absoluto la moral de los presentes, quienes sin embargo seguirán siendo fieles al Capitano. En la explanada del evento, de propiedad de la Liga, según los organizadores hubo más de 80.000 personas.
Han disminuido los tonos contra el Sur y hay más banderas de Italia. "Ya Italia es una sola cosa", explica Adriano desde Bergamo a una agencia: "Estamos talmente mezclados que nunca iría contra mis amigos del sur. Italia debe permanecer unida y ya está". Massimiliano, de Milán y con bandera italiana en mano, aclara: "Me parecía oportuno traer el tricolor italiano, porque la Liga es una fuerza política nacional y por tanto de todos los italianos".
El evento de Pontida, sin embargo, ha sido desagradable por un hecho vinculado a los medios de comunicación. El conocido periodista italiano de origen israelí Gad Lerner fue insultado entre gritos y pitadas: "¡No eres italiano, eres judío!" y "¡Vete a casa, payaso!", fueron solo algunas de las frases que oyó el comunicador presente en la cita como cronista. El periódico italiano La Repubblica informa de cómo Salvini no ha pedido disculpas de forma explícita por los insultos racistas. Por su parte, Lerner asegura que cuando era Umberto Bossi el líder de la Liga y ocurrían cosas parecidas, él me llamaba para disculparse".
La Liga Norte nació entre finales de los '80 y principios de los '90 para lograr que el Norte de Italia se independizara del resto del país. Ese territorio nuevo iba a ser llamado Padania, un nombre extravagante para designar a la tierra en la que pasa el río Po. El eslogan principal de Umberto Bossi, en aquel entonces, era "Roma ladrona", como concepto esencial para justificar una independencia –sobre todo fiscal– del resto de Italia. Pero la realpolitik de tipo leguista ha ido matizándose con el tiempo, sobre todo porque ser aliado de Silvio Berlusconi durante más de dos décadas tiene sus inconvenientes. Pero también sus ventajas. El liderazgo de Bossi acabará en 2012. Tras el breve periodo de Roberto Maroni, Matteo Salvini se convertirá en secretario general de la Liga Norte en 2013
Bien es cierto que la formación del soberanista Matteo Salvini, cuando pasó de ser Liga Norte a simplemente Liga, el objetivo –conseguido, en buena parte– por el Capitano fue el de convertir al histórico partido separatista en un grupo político de aspiración nacionalista. Atendiendo a ese razonamiento, la discriminación de los leguistas hacia la gente del sur de Italia es obsoleta. Muchos italianos del Sur, de hecho, participan activamente en los mítines públicos de Salvini por todo el país, como el de este fin de semana en Pontida. Pero casos como el vivido por Deborah Prencipe, sin embargo, indican que todavía hay un racismo latente. Y que sale al descubierto sólo si es pillado in fragranti.