La rabia de los manifestantes en Bolivia tras las sospechas de irregularidades en las últimas elecciones ha arrasado con la casa de Evo Morales en Cochabamba. Un grupo de vándalos saqueó la casa de Morales en el barrio de Villa Victoria.
Los destrozos en la casa alertaron a los vecinos, que se acercaron a la vivienda del ya ex presidente de Bolivia para impedir nuevos saqueos o posibles incendios que alcanzaran sus viviendas. "Estamos reguardando nuestras casas", aclaró uno de los vecinos a Bolivisión.
Uno de los testigos del saqueo a la casa de Evo Morales ha explicado que se dio en dos fases. Varios encapuchados se hicieron con artículos de gran valor. Un segundo grupo aprovechó la conmoción provocada por los primeros robos, llevándose otros objetos "como bebidas y recuerdos".
Las imágenes tomadas tras el saqueo muestran los destrozos en la residencia, decorada con numerosos cuadros, algunos muy coloridos, donde puede contemplarse a otras figuras de la izquierda de Iberoamérica, como el Che Guevara o Hugo Chávez. Destacan, también, numerosos autorretratos del expresidente boliviano.
"Renuncia obligada"
El ex presidente boliviano Evo Morales hizo oficial este lunes la dimisión que anunció el domingo en un discurso mediante una carta en la que sostiene que se trata de una "renuncia obligada" fruto de un "golpe político, cívico y policial".
"El primer Gobierno indígena termina hoy con mi renuncia obligada a la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, producto de un golpe de Estado político, cívico y policial", reza la misiva, recogida por el diario boliviano Página Siete.
Morales ha argumentado que su "responsabilidad" en calidad de "presidente indígena y de todos los bolivianos" es "evitar que los golpistas sigan persiguiendo y hostigando" a sus simpatizantes, mencionando a los indígenas y a los dirigentes de su partid político, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
"Hoy, (...) los humildes, los trabajadores, los aymaras y quechuas e indígenas de tierras bajas empezamos el largo camino de la resistencia para defender los logros históricos del primer Gobierno indígena", ha indicado.
"Hoy, es el momento de la solidaridad entre nosotros y nosotras, mañana será el momento de la reorganización y el paso al frente en esta lucha que no termina con estos tristes sucesos. La consigna es resistir para mañana volver a luchar por la patria", ha señalado.
Según la agencia de noticias Reuters, la cara de dimisión de Morales, fechada el 10 de noviembre en el Trópico de Cochabamba, ya ha llegado a la Asamblea Legislativa, primer paso para acabar con el vacío de poder.
Ya este lunes, Morales se ha pronunciado vía Twitter para exigir a la oposición "que asuma su responsabilidad de pacificar al país y garantice la estabilidad política y convivencia pacífica".
Crisis en Bolivia
El antiguo mandatario se ha hecho eco de los primeros episodios de violencia tras su salida del Palacio Quemado. En La Paz y El Alto ya se han registrado disturbios. En estos 21 días de protestas, al menos tres personas han muerto y cientos han resultado heridas y han sido detenidas.
"Como en octubre de 2003, Carlos de Mesa, el golpista cómplice del prófugo Gonzalo Sánchez de Lozada, inaugura su golpe de Estado con represión para causar muertos y heridos en La Paz y El Alto. La comunidad internacional es testigo de este atentado contra la vida y la Constitución", ha denunciado Morales en la red social.
En concreto, ha lamentado que, en el primer día después del "golpe cívico-político-policial", "la Policía amotinada reprime con bala para provocar muertos y heridos en El Alto". "Mi solidaridad con esas víctimas inocentes, entre ellas una niña, y el heroico pueblo alteño, defensor de la democracia", ha apuntado.
Además, ha pedido a los trabajadores de la sanidad y la educación, "ya no como presidente", sino en su condición de "ser humano", "volver a prestar servicios a la población, luego de tantos paros y huelgas". "Por encima de posiciones políticas, tienen la misión de cuidar con calidez y solidaridad al pueblo", ha argumentado.
El origen de la crisis en Bolivia son las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, en las que, según el candidato opositor Carlos Mesa, se produjo un "fraude gigantesco" para garantizar un cuarto mandato de Morales.
Tras una ola de protestas que derivó en enfrentamientos, bloqueos y saqueos, Morales accedió a que la Organización de Estados Americanos (OEA) hiciera una auditoría electoral que finalmente ha confirmado irregularidades.
En este contexto, el líder indígena aceptó celebrar nuevas elecciones pero insistió en mantenerse como candidato, tras lo cual tanto la Policía como las Fuerzas Armadas le sugirieron que dimitiera, algo que hizo poco después. Morales, así como algunos países latinoamericanos, ha denunciado un "golpe de Estado".