Se trata de un belén, como tantos otros se colocan cada Navidad, pero éste está dando la vuelta al mundo por una particularidad: sus figuras, las de María, José y Jesús, están separadas entre sí y enjauladas. El mensaje es muy potente y señala a alguien muy concreto, que no es otro que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Una de las noticias que ha marcado este 2019 en aquel país es la disgregación de familias en la frontera, dejando a padres sin sus hijos, a hijos sin sus padres, además en condiciones de reclusión que no pasan inadvertidas para organizaciones pro Derechos Humanos o para la oposición demócrata en las instituciones.
El belén de la fotografía que muchos ya habrán visto compartida en su WhatsApp o en redes sociales está en Claremont (Los Ángeles, California) y es idea de Karen Clark Ristine, reverenda de la iglesia metodista unida de esta ciudad de cerca de 40.000 habitantes.
"En un momento en el que familias de refugiados buscan asilo en nuestras fronteras y son separadas, mostramos a la familia de refugiados más conocida. Poco después del nacimiento de Jesús, José y María se vieron obligados a huir con su pequeño hijo de Nazaret a Egipto para escapar del rey Herodes, un tirano. Temían persecución y muerte. ¿Qué pasaría si esta familia buscara refugio en nuestro país hoy?", se pregunta Karen Clark Ristine en su cuenta en Facebook.
No es la primera vez que su iglesia utiliza esta representación para llamar la atención sobre un tema social. En 2014, colocó a Jesús en manos de María y regalos de los Reyes Magos puestos en un carrito de la compra en una parada de autobús, con el fin de invitar a reflexionar sobre la pobreza.