“Hasta que no lo veas, no lo creerás”. La advertencia llega a mitad de la conversación, mientras Duarte Nuno Vieira abre su ordenador portátil y muestra a este periodista una galería de las horrores: fotografías y vídeos cortos de las secuelas de prisioneros torturados en decenas de países del mundo. Mutilaciones, quemaduras, palizas, hacinamiento en cárceles con condiciones extremas... “Son cosas impensables, las secuelas son para toda la vida”, admite mientras repasa todas las imágenes delante de su pantalla.
Documentar la crudeza de las torturas, investigar cómo tratan los países a sus reos y establecer quiénes son los responsables de estas tropelías forma parte del trabajo del doctor Nuno Vieira (Coimbra, 1959), uno de los mayores expertos del mundo en Medicina Legal. Su abultado currículum -presidente del Consejo Científico de la Corte Penal Internacional, Catedrático y Director de la Facultad de Medicina de la Universidad de Coimbra- le ha convertido en un referente internacional de la investigación forense, sus trabajos son objeto de estudio y los congresos y simposios sobre la materia pelean por su presencia.
Llegó a este oficio procedente de una especialidad casi opuesta. Cursaba Ginecología pero un curso de anatomía forense le enganchó y cambió el rumbo de su carrera profesional. “Pensé que en este ámbito podría cambiar mucho las cosas, había más espacio para mi crecimiento profesional, en la ginecología hubiera sido uno más. Fue un recorrido inesperado, pero no me arrepiento”, reflexiona.
Las imágenes y los testimonios de los torturados siempre están en mi cabeza, siempre te hacen sufrir
Su trabajo trasciende ya el ámbito médico y se cuela en las portadas de los periódicos: el doctor Nuno Vieira forma parte del equipo del relator especial de la ONU que investiga casos de tortura. Examinar a Julian Assange tras siete años recluido en la embajada ecuatoriana en Londres o indagar en el asesinato de Jamal Khashoggi son algunas de sus últimas misiones.
Desde que llegó a esta suerte de ‘CSI’ de Naciones Unidas en 2004, Nuno Vieira se ha curtido en decenas de batallas para denunciar las violaciones de derechos humanos en cualquier rincón del planeta. "Lo peor es ver tan de cerca el dolor de los que han sido torturados psicológicamente. Los métodos son cada vez más sofisticados y no dejan huella. Recuerdo el caso de una mujer en México que se pasó cinco años encarcelada por el crimen de su marido, no era culpable pero la torturaron hasta que firmó una confesión falsa”, recuerda.
Y no. Nunca se acostumbrará a convivir con el lado más trágico de su profesión. “Estas imágenes y estos testimonios siempre están en mi cabeza, siempre te hacen sufrir. Cuando daba clase, siempre le decía a mis alumnos: ‘El día que durmáis bien después de salir de la sala de autopsias, preocuparos porque algo no va bien’”.
La macabra desaparición del periodista en el consulado de Arabia Saudí en Estambul es uno de los trabajos más sonados en los que ha participado en los últimos años. “Fue particularmente complicado por las implicaciones políticas y la posición de Arabia Saudí”, explica.
El equipo del relator especial de la ONU tiene acceso sin restricciones a todos los lugares necesarios para completar una investigación: “El mandato que tenemos es visitar todos los lugares que queramos sin previo aviso. A cualquier hora del día y de la noche. Sólo Naciones Unidas debe saber a dónde vamos exactamente, de esta manera se reduce el riesgo de que nos encontremos con un escenario prefabricado”.
“Estaba todo preparado para destrozar el cuerpo de Khashoggi y hacerlo desaparecer. De eso no hay ninguna duda”
Esa es la teoría, pero no fue así en el caso de Khashoggi. “En cuanto llegamos a Estambul tuvimos problemas para entrar en el consulado, queríamos ir al lugar de los hechos pero nos dijeron que el cónsul no estaba y que llamáramos en 20 días para concertar una visita. Esto ya dice todo sobre los obstáculos a los que tuvimos que enfrentarnos”, lamenta.
Un periodista crítico con el poder descuartizado, ningún rastro y una catarata de filtraciones de Turquía y Arabia Saudí convirtieron esta desaparición en un escándalo diplomático multilateral con pocas certezas y muchas incógnitas. En medio de todas las presiones y dificultades, el equipo del doctor Nuno Vieira se dispuso a hacer su trabajo: encontrar la verdad.
“Allí era muy difícil avanzar. Sabemos que fue asesinado brutalmente en el consulado, pero ni siquiera aparecerán los trozos de su cadáver. Tenemos nuestras sospechas pero no le puedo avanzar nada porque es una investigación que aún no se ha cerrado”, sostiene.
Como establece el informe preliminar de la relatora especial de la ONU, Agnes Callamard, el asesinato de Khashoggi fue “premeditado y deliberado” y Arabia Saudí “es responsable de acuerdo con la ley internacional sobre derechos humanos”. El doctor Nuno Vieira recuerda uno de los detalles más reveladores del caso: "Khashoggi fue al consulado a por documentación y le pidieron que volviera 20 días más tarde. En ese intervalo de tiempo llegaron a Estambul aviones privados con material y equipos de medicina legal para la ejecución del asesinato".
Él mismo pudo examinar esas aeronaves en busca de pistas para encajar el rompecabezas. “Estaba todo preparado para destrozar el cuerpo y hacerlo desaparecer. De eso no hay ninguna duda”, asevera. “Todas las evidencias fueron eliminadas, nunca sabremos toda la verdad del asesinato de Khashoggi”.