A Hadrien (6 años), Ella-Grace Margaret (11 años) y a Xavier James (12 años) el aislamiento social no les está resultando nada complicado. Los tres hermanos disfrutan confinados entreteniéndose durante estas largas tardes primaverales con los míticos juguetes de Lego. No les falta de nada porque los tres tienen la suerte de ser los hijos del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que desde que su mujer diera positivo por coronavirus, está trabajando en su casa en estricta cuarentena, siguiendo las recomendaciones de las autoridades.
El 12 de marzo, saltaba la noticia de que Sophie Grégoire, esposa de Justin Trudeau, estaba infectada por el nuevo patógeno. Acto seguido, el mandatario canadiense informaba a la población de que se realizaría las pruebas, a pesar de no tener los síntomas, y que, por "responsabilidad", se aislaría en su domicilio.
"Puedes manejar un país del G7 desde casa", bromeaba en declaraciones a Reuters un alto funcionario del Ejecutivo canadiense.
Y así está siendo. Mientras sus hijos juegan y su mujer está enganchada al teléfono para sobrellevar el encierro, Trudeau está telegobernando Canadá. Las últimas cifras proporcionadas por las autoridades canadienses señalan que cerca de 3.000 personas han contraído Covid-19 en el país, un ritmo que crece diariamente, y el número de muertos ya supera la barrera de los 30.
"Me siento bien"
"Quiero ser claro. No tengo síntomas. Me siento bien. La tecnología me permite trabajar desde casa", afirmó Trudeau en una rueda de prensa frente a su residencia oficial en Ottawa a principios de esta semana, la primera comparecencia pública desde que su esposa había dado positivo.
Eso sí, reconoció que el telegobierno, en ocasiones resulta "un inconveniente y algo frustrante". El primer ministro canadiense está confinado desde el 12 de marzo, en un domicilio situado a pocos kilómetros del Parlamento. "Todos somos seres sociales después de todo, pero tenemos que hacer esto", se resignaba.
En su encierro, que pronto llegará a su fin, Trudeau ha mantenido llamadas con dirigentes internacionales como Emmanuel Macron, Donald Trump o Giuseppe Conte, así como contacto con otros líderes territoriales canadienses.
También se ha mantenido en estrecho contacto con su gabinete, para dar luz verde a una serie de medidas que ayuden a paliar la crisis económica que está generando la pandemia. De hecho, ha puesto en marcha un paquete de ayudas de 82 millones millones de dólares canadienses, unos 52.000 millones de euros.
El paquete de medidas, que cuenta con el respaldo de la Cámara de los Comunes y deberá pasar también el filtro del Senado antes de ser ratificado de forma definitiva, permitirá al Gobierno inyectar dinero en la economía canadiense a medida que gran parte del país cierra para evitar la propagación del virus.
Repatriación
Este anuncio se produce cuando miles de canadienses están siendo repatriados en los últimos días tras quedar varados en decenas de países de todo el mundo por el cierre de fronteras y la cancelación de vuelos comerciales.
Aunque el Gobierno ha indicado que los canadienses que tengan síntomas de Covid-19 no podrán embarcar en los vuelos de repatriación, varios medios de comunicación señalaron que decenas de ellos están regresando enfermos, evitando las medidas impuestas por las autoridades.