Las grietas en la solidaridad territorial y el choque de las administraciones regionales no son patrimonio exclusivo de España. Italia, con casi 14.000 muertos y más de 115.000 infectados este jueves, también acusa las consecuencias políticas de la falta de material sanitario y el colapso hospitalario que sufre el país por la pandemia de coronavirus.
Attilio Fontana, presidente de Lombardía, se ha convertido en la cara visible de esa lucha territorial por conseguir los mayores y mejores medios posibles para la batalla contra la Covid-19.
"Hace ahora casi un mes y medio desde que comenzó el brote y estamos básicamente recibiendo migajas de Roma. Si no lo hubiéramos hecho todo nosotros mismos, habríamos tenido que cerrar los hospitales después de dos días", denunciaba Fontana en una entrevista en Radio Padania.
El presidente de Lombardía, que comparece ante la prensa siempre con mascarilla, ha tenido que gestionar la parte más dramática de la crisis del coronavirus en Italia. Las imágenes de camiones del Ejército evacuando ataúdes por decenas no se borran de la memoria de los italianos y siempre acompañaran al líder de la región más golpeada: casi 8.000 muertos y más de 46.000 casos diagnosticados.
Fontana acusa directamente a la "burocracia de la capital" del retraso en la llegada de mascarillas, EPIs y de carestía de tests en las primeras semanas de la emergencia. "Fuimos y seguiremos siendo los primeros en denunciar que Protección Civil -responsable de la gestión de la crisis- es culpable de los retrasos en las llegadas de material", señala.
Aviones con material
Además, Fontana ha lamentado que los largos trámites administrativos le han impedido utilizar una gran remesa de mascarillas fabricadas en Lombardía que "ya habían sido validadas por el Politécnico de Milán".
Los recursos del Gobierno regional, siguen volcados en capear una emergencia sanitaria que sólo ahora comienza a mitigarse. Sobre la lucha por el material necesario para la protección de los sanitarios, el presidente lombardo asegura que han estado "de la noche a la mañana buscando en mercados de todo el mundo mascarillas batas y todo lo necesario para nuestros médicos".
Desde el Gobierno central italiano, el ministro de Asuntos Regionales Francesco Boccia se ha limitado a esquivar los ataques: "No quiero ni puedo gastar el tiempo en entrar en polémicas. El Estado hace todo lo que puede y Fontana sabe muy bien que otro avión de la Guardia di Finanza acaba de aterrizar con más material".