La pandemia del coronavirus ha superado ya oficialmente el umbral simbólico de los 100.000 muertos en todo el mundo y cuenta ya con más de 1,6 millones de casos en un total de 185 países, con Estados Unidos a la cabeza de positivos confirmados, según el balance actualizado este viernes por la Universidad Johns Hopkins.
Esta sobrecogedora cifra de fallecidos declarados es una de las tantas impensables consecuencias de la crisis sanitaria que deja el Covid-19, una enfermedad que tiene confinada a más de la mitad de la población.
A pesar de estos escalofriantes números, surge una luz de esperanza. Y la tregua llega en pleno Viernes Santo de esta Semana Santa tan atípica. Los últimos datos de Italia y España, los países más afectados de Europa con 18.849 y 15.843 decesos respectivamente, confirman ya la tendencia descendente que se viene observando en los últimos días.
Nuestro país ha registrado este viernes 605 muertes, el dato más bajo desde el 17 de marzo; el país transalpino, por su parte, con 570, ha ralentizado el número de fallecimientos.
Y aunque esos guarismos permiten alentar la creencia de que el final está cada vez más cerca, los gobiernos de Giuseppe Conte y Pedro Sánchez no van a relajarse: italianos y españoles seguirán encerrados en sus casas durante las próximas dos semanas.
"Rebrote mortal"
Precisamente este viernes la Organización Mundial de la Salud lanzaba el siguiente aviso: un levantamiento demasiado rápido de las restricciones de confinamiento impuestas contra la pandemia podría conducir a un "rebrote mortal". Así lo indicaba el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
"Como todo el mundo, la OMS quiere que se levanten las restricciones. Pero el reflujo de la pandemia puede ser tan peligroso como su propagación si no se gestiona de forma adecuada", añadía Ghebreyesus durante una rueda de prensa virtual en Ginebra.
Las cifras, en cuarentena
Aunque se superen los 100.000 muertos, son ya muchas las voces que ponen en cuarentena este dato y recelan del método empleado para contabilizar las defunciones. ¿El motivo? El distinto modo de contar que aplica cada país aumenta las sospechas de que los decesos por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 son muchos más de los declarados oficialmente.
En algunos países, como ocurría hasta hace dos semanas en Francia, se dejaban fuera a los fallecidos en residencias de ancianos o en domicilios particulares, lo que arrojaba, en el cómputo global, cifras inferiores a las reales. Finalmente, el Ministerio de Sanidad reculó e incluyó estos decesos en su recuento diario.
Con estos métodos de contabilidad, que van cambiando sobre la marcha, se dificulta la tarea de unificar criterios a nivel global. Con ello, los epidemiólogos extraen una conclusión común: el número de fallecidos es mucho mayor que el oficial.
A estas dudas se une la información parcial y maquillada -según denuncia Occidente- que ofrece China, el país en el que empezó todo. Oficialmente, Pekín reconoce 81.907 casos, con 3.336 fallecidos. El balance resulta estremecedor, sin duda. Pero dado que son varios los países que han superado a China en esta macabra estadística muchos caen en la cuenta del por qué con poblaciones muy inferiores a la del país asiático, naciones como Italia o España ya superan esta dramática cuenta.
EEUU, el país con más casos
Mientras las autoridades de Italia y España aseguran que ya ha pasado el peor momento, el imparable crecimiento de contagios y muertos no muestra señales de retroceso en Estados Unidos, el gran foco de la pandemia en estos momentos.
EEUU, con más de 475.531 casos, es el país con más infecciones y donde la enfermedad avanza más rápidamente. La cifra es superior a la suma de España, Italia y Alemania, los siguientes tres países con más contagios. En cuanto a fallecidos, registra 17.925, sólo por detrás de Italia, donde han muerto 18.849 personas.
En este contexto, el presidente norteamericano, Donald Trump, declaró la emergencia nacional para combatir el virus y se ha visto obligado a ampliar al menos hasta el 30 de abril las medidas contra el Covid-19.
En Nueva York, epicentro del brote norteamericano, se ha registrado un nuevo récord de 799 muertes en 24 horas, pero sólo con 200 nuevos pacientes ingresados en hospitales, "el menor número que hemos tenido desde que empezó esta pesadilla", según el gobernador Andrew Cuomo.
Los 100.000 muertos convierten al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en la peste del siglo XXI. Históricamente, las pandemias más letales han sido, por este orden, la viruela, el sarampión, la mal llamada gripe española de 1918, la peste negra y el VIH.