Ramona y su marido tienen una segunda residencia en la costa catalana. En junio comienzan las vacaciones escolares de verano de sus dos hijas, escolarizadas en Brandeburgo, el Land que envuelve a Berlín.
En condiciones normales, este verano viajarían hasta España aprovechando el parón escolar. El Covid-19, sin embargo, tiene a Ramona y a los suyos sin perspectivas de hacer su tradicional viaje de vacaciones hasta su casa situada a orillas del mar Mediterráneo.
“Mi marido hablaba todavía hace unas semanas de viajar a España. Pero ya no lo hace. Ahora mismo no hay vuelos disponibles. Si cogemos el coche, no nos dejarían pasar más allá de la frontera con Francia”, cuenta Ramona a EL ESPAÑOL. Alude a los controles instaurados a mediados de marzo por las autoridades alemanas en las fronteras terrestres con Austria, Suiza, Francia, Luxemburgo y Dinamarca.
“Y en caso de poder pasar la frontera, habría que hacer paradas con el coche en estaciones de servicio en carretera, para ir al baño, por ejemplo. Eso supone un riesgo de infección de más que a mí me hace no tener ganas de viajar”, añade esta mujer, empleada en un clínica médica de una población situada a las puertas de Berlín.
Las reflexiones sobre las vacaciones de verano como las que se hacen en la familia de Ramona probablemente sean las mismas que se están haciendo ahora mismo millones de alemanes. Los oriundos del país de la canciller Angela Merkel representan el segundo mayor colectivo de turistas que tiene España.
En 2019 se contaron algo más de once millones de alemanes visitando España por vacaciones, según las cuentas del portal alemán de estadística Statista. La pandemia, y las medidas de distanciamiento social que implican, no llevan a pensar que este verano España vaya a recibir la cantidad habitual de turistas germanos.
Controles especiales
Es más, las autoridades teutonas, a día de hoy, tratan de disuadir ante cualquier desplazamiento internacional. “El Ministerio del Interior pide a sus ciudadanos que eviten los desplazamientos si no son absolutamente necesarios. Por viajes sin un motivo urgente no se puede entrar o dejar el país”, explican fuentes gubernamentales alemanas consultadas por EL ESPAÑOL.
El gran impacto que ha causado la pandemia en España e Italia también implica que las autoridades germanas hayan instaurado controles especiales para los transportes aéreos que unen a esos países con Alemania. Esos controles, y los de las fronteras terrestres, están destinados a “la contención” de nuevas infecciones por coronavirus. Está previsto que se mantengan, por lo pronto hasta el 15 de mayo. Próximamente se decidirá sobre mantenerlos o no.
De acuerdo con el popular diario Bild, “las fronteras seguirán cerradas”. Con esos términos informaba estos días ese periódico, el más leído de Alemania, sobre la opinión del ministro alemán del Interior, el socialcristiano Horst Seehofer. Para él, el cierre de las fronteras es “una parte del éxito en el control de las infecciones” que ha tenido Alemania frente a la COVID-19.
Según datos del Instituto Robert Koch (RKI, por sus siglas alemanas), la agencia federal de control y prevención de enfermedades, a finales de esta semana el número de infectados por el SARS-CoV-2 era de algo más de 166.000. Ese número incluía cerca de 139.000 recuperados y 7.119 fallecidos. Esas cifras difieren ostensiblemente de las registradas en España e Italia, donde se han lamentado, respectivamente, más de 26.000 y 30.000 muertes.
La evolución positiva de la enfermedad en Alemania, sin embargo, no parece que vaya a implicar dar facilidades a los alemanes para salir del país próximamente con motivos vacacionales. El aligeramiento de las medidas de distanciamiento social tienen un claro límite: las fronteras del país.
Así, para evitar los desplazamientos internacionales, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania, en manos del socialdemócrata Heiko Maas, ha emitido un aviso para todo viaje al extranjero. En caso de viajar, hay que contar con “drásticas restricciones y medidas de cuarentena”, explican en dicho ministerio.
Repatriación: una y no más
El lunes, el jefe de la diplomacia germana apuntaba que su ministerio estudia la situación internacional “semana a semana”. Pero hasta el próximo 14 de junio no habrá una nueva decisión sobre dar por terminado ese aviso disuasorio para “todos los viajes innecesarios y turísticos en el extranjero”, según los términos que emplean del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán.
“Todo parece indicar que el turismo en Alemania va a poder hacerse, primero, en Alemania, y después, poco a poco y en la medida de lo posible, en el extranjero”, explica a EL ESPAÑOL, Norbert Kunz, responsable de la Asociación Alemana de Turismo. “Que se pudiera viajar desde Alemania hacia fuera y desde fuera de Alemania a nuestro país nos interesaría para recibir a los muchos españoles que vienen de vacaciones aquí. Eso sería una buena noticia, pero tenemos que ver cómo evoluciona el número de infecciones”, añade Kunz.
En este sentido, el ministro Maas ha recordado esta semana que “cuando la pandemia en Alemania y en el extranjero pueda ser controlada, las reglas sobre los viajes y la cuarentena podrán relajarse”. Él y a buen seguro todo el Gobierno de Merkel quieren evitar tener que poner en marcha otra operación de repatriación de nacionales como la ocurrida a principios de la pandemia.
Entre alemanes residentes en el extranjero y turistas que se encontraban de viaje en marzo, el Ejecutivo teutón fue capaz de repatriar en pocas semanas a unas 250.000 personas. Es un logro que se atribuye mayormente a Maas. En cualquier caso, su ministerio evitó que esos alemanes quedaran “atrapados” fuera de su país, víctimas de las restricciones de movimiento implementadas a nivel global por culpa de la COVID-19.
No obstante, Maas no está por la labor de tener que repetir un trabajo así este verano. “No podemos ni queremos repatriar otra vez a un cuarto de millón de personas de vacaciones”, ha dicho el jefe de la diplomacia alemana.
Es probable, por tanto, que el próximo sea un verano sin alemanes haciendo turismo fuera de sus país. Ésto, incluso en la isla de Mallorca, a la que aquí se refieren, medio en broma y medio en serio, como territorio patrio. Oficialmente Alemania tiene dieciséis Länder. Según el chiste, Mallorca es el 17º Land de Alemania.