El opositor ruso Alexei Navalny permanece en coma en un hospital berlinés, después de que se conocieran los resultados de los primeros exámenes que refuerzan la tesis del envenenamiento, y el caso amenaza con crear una nueva perturbación en las relaciones entre Alemania y Rusia.
El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, dijo este jueves desde Atenas, donde se encuentra de visita, que Rusia debe tener interés en aclarar el caso y dar muestra de que ha aprendido las lecciones de otros incidentes que han causado irritaciones en las relaciones entre Berlín y Moscú. "Es un caso grave y en vista de la importancia que tiene el señor Navalny para la oposición rusa hay que hacer todo para encontrar la verdad", dijo Maas.
De hecho, anteriormente y mediante un comunicado, el Gobierno alemán había pedido cooperación a Rusia en un tono más diplomático y recibió por respuesta la negativa de Moscú a que hubiera necesidad de investigación alguna sobre el caso.
Pero la tensión diplomática puede haber subido un poco más tras la publicación por parte de Der Spiegel de un hallazgo médico que señalaría aún más al envenenamiento como posible causa del coma del opositor ruso.
Según la publicación alemana, los médicos del Hospital Charité de Berlín habrían solicitado información a sus colegas búlgaros que en 2015 atendieron en un hospital de Sofía a Emilian Gebrev, conocido traficante de armas búlgaro, su hijo y un socio, supuestamente por suministrar armas a Ucrania, donde Rusia apoya a los separatistas.
No ha sido hasta febrero de 2020 cuando las autoridades búlgaras han acusado formalmente a tres presuntos oficiales del GRU, la inteligencia militar rusa, por aquel intento de asesinato múltiple -los tres sobrevivieron-. La fiscalía búlgara señaló directamente tres personas como presuntos culpables: Sergey Fedotov, Sergey Pavlov y Georgy Gorshkov.
Fedotov es considerado por muchos un alias de Denis Sergeyev, un general de una división de la inteligencia militar rusa. Además, la línea de puntos a unir continúa, pues varios registros telefónicos y planes de vuelo indican que Sergeyev se encontraba en Reino Unido cuando Serguéi Skripal, un exoficial del GRU, fue envenenado presuntamente por otros dos miembros de la inteligencia militar rusa.
Desde el hospital berlinés informaron que los hallazgos clínicos indicaban que Navalny, de 44 años, fue envenenado con "una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa". Se trata de un gran grupo de productos químicos que incluye medicamentos para trastornos neurológicos, así como su uso en algunos pesticidas y agentes nerviosos organofosforados como los gases sarin y VX.
Navalny tuvo que ser evacuado de emergencia cuando viajaba de Siberia a Moscú el jueves de la pasada semana. El líder opositor comenzó a sufrir dolores a bordo de la nave, que se vio obligada a hacer una parada de emergencia en la ciudad de Tomsk, para que Navalny pudiera ser derivado a un hospital. Allí, los médico rusos indicaron que sufría un "trastorno del metabolismo" por bajos niveles de azúcar.
Los seguidores de Navalny apuntaron desde el primer momento a un envenenamiento y señalaron a la taza de te que un sospechoso camarero le sirvió en el aeropuerto de salida como el momento del mismo en que le colocaron la toxina.