Azerbaiyanos y armenios se acusaron este sábado mutuamente de violar el alto el fuego que entró en vigor al mediodía en el enclave separatista de Nagorno Karabaj, que pasó a formar parte de Azerbaiyán en 1921 y está poblado en su mayoría por armenios, tras dos semanas de cruentos combates.
"Terter y Agdam están bajo fuego enemigo", informó la oficina de prensa del Ministerio de Defensa azerbaiyano. Ambas ciudades han sido objeto de ataques armenios desde el estallido de los combates entre ambos bandos el pasado 27 de septiembre.
El Ejército armenio también estaría atacando, según la fuente, las aldeas que rodean las ciudades estratégicas de Dzhabraíl y Fuzuli en el flanco sur, cerca de la frontera con Irán.
En la misma línea, Ereván (capital armenia) denunció ataques contra objetivos civiles en territorio armenio, que no de Nagorno Karabaj. "Ignorando la tregua humanitaria anunciada el 10 de octubre a partir de las 12:00, unidades militares azerbaiyanas perpetraron a las 12:05 un ataque contra el sector Karajambeili", escribió Shushán Stepanián, portavoz de Defensa, en Facebook.
Añadió que la artillería azerbaiyana también está golpeando Hadrut, ciudad que el presidente, Ilham Alíev, dijo el viernes que Bakú había liberado. La nota precisa que el Ejército armenio está adoptando las "correspondientes medidas" para responder al ataque enemigo.
Antes de que entrara en vigor el alto el fuego, Ereván también informó de un bombardeo azerbaiyano con misiles contra la región de Kapán.
Firma del acuerdo
Armenios y azerbaiyanos acordaron anoche en Moscú un cese del fuego con el fin de canjear prisioneros de guerra e intercambiar los cuerpos de los soldados caídos en el frente, y además se comprometieron a iniciar "negociaciones sustanciales" con el fin de lograr un "pronto" arreglo pacífico al conflicto.
Tras más de diez horas de negociaciones, el ministro de Exteriores armenio, Zohrab Mnatsakanián, destacó con su colega azerbaiyano que una de las claves es conseguir que el alto el fuego se afiance con el fin de "impedir la reanudación de los combates", un objetivo que no ha durado ni un día.
No obstante, el presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, aseguró el viernes en una alocución televisada a la nación que ahora "el conflicto se decide por la vía militar" y sólo después se abordará un arreglo político.
Aunque las sirenas no han dejado de sonar en la capital karabají, Stepanakert, la situación este sábado es mucho más tranquila que en las últimas jornadas, cuando la ciudad fue bombardeada por el Ejército azerbaiyano.
En el resto del enclave los combates continuaron anoche y durante las últimas horas en un intento de ganar posiciones antes del cese de las hostilidades.
Reacciones internacionales
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, alertó el viernes sobre el sufrimiento de la población civil y el bombardeo de un gran número de viviendas y escuelas, y denunció el uso de armamento prohibido como bombas de racimo.
Francia celebró la entrada en vigor del alto el fuego humanitario, pero el Ministerio de Exteriores pidió en un comunicado que sea "aplicado y respetado de forma estricta para crear las condiciones de un cese permanente de las hostilidades entre los dos países".
Las autoridades francesas recalcaron que debe retomarse sin condiciones previas la negociación a la que se han comprometido las partes implicadas bajo el paraguas del grupo de Minsk de la OSCE, copresidido por Francia, Rusia y EEUU.
Por su parte, Turquía, principal aliado de Azarbaiyán en este conflicto, describió el alto el fuego como "un importante primer paso" que, sin embargo, "no sustituirá una solución duradera".
Un comunicado publicado en la web del Ministerio de Exteriores turco subraya que "con los combates iniciados el 27 de septiembre pasado, Azerbaiyán ha demostrado a Armenia y al mundo que es capaz de recuperar con sus propios medios y autoconfianza las tierras que llevan unos 30 años ocupadas".
Turquía interpreta la aceptación del alto el fuego por parte azerí como "una última oportunidad para Armenia de retirarse de los territorios que ocupa". "Desde el principio, Turquía ha subrayado su respaldo a las soluciones que tengan el 'Sí' de Azerbaiyán. Bajo este concepto seguiremos estando al lado de Azerbaiyán en el terreno y en la mesa de negociaciones", concluye el comunicado.
Por esta razón, aunque Armenios y azerbaiyanos acordaron el viernes mantener invariable el formato negociador vigente desde el fin de la primera guerra en 1994, Bakú (capital de Azerbaiyán) insiste en involucrar a Turquía en las conversaciones, a lo que se opone categóricamente Ereván.