El ex embajador de España en Washington, Javier Rupérez, asegura sin atisbo de duda a EL ESPAÑOL que lo ocurrido en Estados Unidos este seis de enero es un "golpe de Estado". Una intentona golpista como la perpetrada hace este 2021 cuarenta años en España por parte de Antonio Tejero.
Rupérez, que reside habitualmente en la capital norteamericana, y que vivió como diputado aquel 23-F, asegura que siente "la misma vergüenza". Pero con una importante diferencia, "que ahora es el presidente de Estados Unidos quien está dando el golpe, para impedir que el proceso de elección presidencial siga su curso".
El embajador Rupérez, que sigue el asalto al Capitolio desde Madrid, donde ha pasado la Navidad, interrumpe la conversación sobre la marcha para escuchar en directo el discurso de Joe Biden, en el que el presidente electo exige a Donald Trump que defienda la Constitución americana.
Al término del mismo, elogia su contenido y su "serenidad". Pese a sus años de experiencia en la vida política y diplomática, y a llevar mucho tiempo residiendo en EEUU, Rupérez no oculta su absoluta perplejidad: "Nunca se me pasó por la cabeza de que una masa golpista pudiera invadir el Congreso de EEUU".
"Golpe de Estado"
Rupérez, que atiende a este periódico cuando aún hay mucha confusión sobre cómo evolucionarán los acontecimientos, insiste que "es un golpe de Estado, hay que llamarlo por su nombre".
Sobre el futuro inmediato, con la sesión plenaria suspendida, resalta los movimientos del Departamento de Defensa, convocando a la Guardia Nacional, algo "muy a tener cuenta" afirma; la actuación de estados limítrofes al de Washington como Virginia, enviando agentes de policía al Capitolio y por último, pero no menos importante, lo que pueda hacer el Tribunal Supremo. "Tiene que estar en situación de tomar medidas" concluye sobre al Alto tribunal norteamericano.
Rupérez conjetura que ha existido una planificación del golpe. "Yo creo que esto estaba preparado de antes, que la masa golpista estaba preparada de antes" asegura, al tiempo que considera que "parece que le han aconsejado [a Trump] que hiciera esto para crear una situación de alarma pública e interrumpir todo el proceso". Sin embargo, el ex embajador no cree que peligre la celebración dentro de dos semanas del discurso inaugural de la presidencia de Biden.