Decenas de miles de personas han participado este sábado en una manifestación por el centro de Roma para protestar contra el fascismo y pedir la ilegalización de movimientos surgidos de esa ideología como Fuorza Nuova, una semana después de que algunos de sus miembros asaltaran violentamente la sede del principal sindicato italiano, la CGIL, durante una protesta antivacunas que degeneró en duros enfrentamientos con la policía en la capital del país.
"Hoy gracias a la unidad de los sindicatos, el país puede caminar unido para defender la Constitución y la democracia", dijo el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, ante los manifestantes, que superaron los 100.000, según los sindicatos, aunque fuentes policiales rebajaron esa cifra hasta los 50.000.
Tras un breve recorrido por el centro de Roma, la marcha, bajo el lema "Nunca más fascismo", llegó a la Plaza de San Giovanni, escenario de reivindicaciones emblemáticas, donde ondeaban cientos de banderas y globos de colores para dejar claro su carácter pacífico, en contraste con los violentos que asaltaron la sede de la CGIL.
Entre los arrestados de los altercados del pasado sábado figuraban los líderes de Forza Nuova, Roberto Fiore y Giuliano Castellino, que siguen en prisión después de que un juez considerase que habían trazado una estrategia en el asalto a la sede de la CGIL y en el intento fallido a la sede del Gobierno, que fue evitado por la policía.
El bloque de centro-izquierda del país transalpino ha pedido en los últimos días que se ilegalice Forza Nuova (FN) porque va en contra de los principios democráticos de la Constitución Italiana, que prohíbe la reconstitución del Partido Fascista Italiano (PNF), fundado en 1921 de la mano del dictador italiano Benito Mussolini.
El primero en lanzar el órdago fue el secretario general del mayor sindicato del país, la CGIL, Maurizio Landini, cuya sede nacional fue atacada en medio de unas violentas manifestaciones convocadas, en teoría, para protestar contra la obligación del pasaporte sanitario del coronavirus.
"Todas esas formaciones que se identifican con el fascismo deben ser disueltas. Es el momento de decirlo claramente", indicó el líder sindical ante cientos de personas que se congregaron a las puertas de la sede coreando el himno partisano Bella ciao.
Una marcha de todos
Landini, que se mostró emocionado cuando reveló que tras el asalto recibió muchas muestras de solidaridad internacional, entre ellas de España y Brasil, destacó el carácter apolítico de la manifestación, cuya convocatoria ha sido muy criticada al coincidir con la jornada de reflexión de la segunda vuelta de las elecciones municipales en varias localidades italianas, entre ellas Roma.
"Ser antifascista no es ir en contra de nadie, sino que significa garantizar la democracia y los derechos" de toda la sociedad, aseguró, mientras Sbarra insistió que la plaza de San Giovanni era hoy "la plaza de todos".
Los principales líderes políticos del centroizquierda estuvieron presentes, como el secretario general del Partido Democrático (PD), Enrico Letta, y el del M5S, Giuseppe Conte, aunque con un perfil bajo y sin hacer declaraciones.
Por contra no se presentaron, como habían anunciado, los dirigentes de la ultraderecha, como Matteo Salvini (Lega) y Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), ni tampoco del conservador Forza Italia, de Silvio Berlusconi.
El Parlamento italiano estudiará a partir de la semana próxima varias mociones que piden la ilegalización de los movimientos neofascistas. Para la disolución de FN es necesario, una sentencia de la Justicia italiana o un decreto emitido por el Ministerio del Interior transalpino.
En previsión de posibles incidentes ante el temor de una infiltración de militantes neofascistas, fueron desplegados miles de agentes de las fuerzas del orden, aunque no se registraron incidentes, al contrario que el pasado sábado, cuando, cuando las protestas de los antivacunas degeneraron en fuertes encontronazos con los antidisturbios en el centro de la capital, con agentes heridos y doce detenidos.
Italia fue el país de origen en 1919 del fascismo, una ideología que surgió valiéndose de la crisis y el malestar tras la Primera Guerra Mundial, creció con el hostigamiento a sindicalistas y políticos de izquierdas y derivó en una dictadura de dos décadas y en la participación de este país en la Segunda Guerra Mundial.