Decenas de miles de personas, con líderes indígenas a la cabeza, reclamaron este sábado justicia climática y social a orillas de la COP26 de Glasgow, en vísperas de que la cumbre de la ONU entre en su recta final en busca de un pacto que evite que las temperaturas suban más de 1,5 ºC a final de siglo y para exigir soluciones ecológicas y justas.
Los colectivos convocantes preveían unos 100.000 manifestantes en una marcha que arrancó en Kelvingrove Park a las 12.00 hora local (misma hora GMT), en las proximidades del recinto donde se celebra la COP26.
Con banderas rojas y pancartas en las que se leían lemas como "El capitalismo está matando el planeta", una enérgica multitud de jóvenes -algunos con megáfonos- culpó a las empresas de la crisis climática, mientras coreaban a favor del socialismo.
"Aquí estamos todos marchando no sólo por nosotros: por los animales, por el mundo vegetal, por todo lo espiritual. Las estrellas acompañan hoy este camino (...). No hay fronteras, no hay religiones, no hay colores. Somos todos una gran familia, la familia humana", declaró el mapuche chileno Calfín Lafkenche al inicio de la marcha.
Entre gaitas, trompetas y batucadas, pero también paraguas y mascarillas sanitarias, la gran marcha del clima se desarrolló en un ambiente festivo y familiar con aroma altermundista y mensajes contra el capitalismo, el consumo de carne, la energía nuclear o a favor de los refugiados políticos.
La fuerte lluvia y viento retrasó el inicio de la marcha, donde las mojadas pancartas reclamaban "anteponer el planeta al dinero". "¿Qué queremos? ¡Justicia climática! ¿Cuándo la queremos? ¡Ya!", coreaban los activistas.
En un ambiente festivo, aunque bajo un fuerte control policial y mitigado por las condiciones meteorológicas, los manifestantes recorrieron la ciudad de Glasgow durante unas cinco horas hasta llegar al parque de Glasgow Green.
Los organizadores quisieron ceder el protagonismo a los "pueblos originarios", como símbolo global del activismo climático.
"El indigenismo es el clima. Los pueblos indígenas son la naturaleza, son los espacios, los que protegemos que todo el mundo respire. No hay otra alternativa. Somos naturaleza. Estamos teniendo un pequeño reconocimiento pero falta aún mucho camino por recorrer", declaró a Efe Calfín.
La fuerza de la manifestación residía en su alcance global: mientras que en Glasgow marchaban cerca de 100.000 manifestantes, en paralelo, el activismo climático había convocado este mismo sábado réplicas de la protesta en 200 puntos del mundo, desde Seul a Río de Janeiro, pasando por Manila, México DF, Lisboa, Los Ángeles o Nairobi.
La marcha tiene lugar un día después de que unos 25.000 jóvenes, con la activista sueca Greta Thumberg a la cabeza, recorrieran las calles de la ciudad para exigir a los líderes políticos que acaben con el "bla, bla, bla" de la COP26 y aporten soluciones inmediatas a la crisis climática.
Ambas movilizaciones pretenden convertirse en una llamada de atención que impulse las negociaciones de la COP26, que concluye el próximo viernes sin que, por ahora, se hayan producido avances que sugieran que se va a cumplir el Acuerdo de París de 2015 para evitar que las temperaturas avancen más de 2 ºC respecto a los niveles anteriores a la Revolución industrial, con el objetivo de limitar el avance a 1,5 grados.
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