Sohail Ahmadi tenía tan solo dos meses de vida cuando perdió de vista a su familia. Ocurrió en medio del caos que se vivía en el aeropuerto de Kabul, donde miles de afganos huían de su país a la desesperada tras la llegada al poder de los talibanes a mediados de agosto. La familia del bebé logró abandonar Afganistán, pero sin él.
El pequeño Ahmadi fue entregado por su padre a un soldado de Estados Unidos para protegerlo de las aglomeraciones que se formaron entorno al aeropuerto. Esa fue la última vez que le vio. No le volvería a ver. Una vez que el resto de la familia logró pasar los trámites de seguridad y acceder al área de personas que esperaban ser evacuadas, los padres de Ahmadi buscaron a su bebé, pero sin éxito.
No había rastro de él, pero el vuelo del Ejército estadounidense que les evacuaba no podía esperar. Les dijeron que, probablemente, su bebé fue evacuado en otro vuelo a otro destino y que podrían averiguarlo más adelante. Durante meses no sabrían nada de su bebé. En realidad, el bebé no fue evacuado: se quedó en tierras afganas sin su familia, pero no sólo.
Fue Hamid Safi, un taxista afgano de 29 años, que encontró al bebé en el suelo, perdido, solo y llorando en las inmediaciones del aeropuerto, según ha contado la agencia Reuters. Safi intentó encontrar a la familia del pequeño, pero al no conseguirlo acabó llevándoselo a su casa con su esposa e hijos. Lo empezó a criar como si se tratara de su hijo, hasta el punto de que le puso un nombre.
Una investigación de Reuters logró localizar al bebé, después de que Safi, el taxista, publicara imágenes del bebé en su página de Facebook. Y fue entonces cuando el abuelo del niño, que no abandonó Afganistán, fue a casa del taxista para recuperar a su nieto. Safi no puso las cosas sencillas y se opuso a devolver al bebé. Para hacerlo, puso una condición: ser trasladado, junto al resto de su familia, a Estados Unidos.
Finalmente, tras siete semanas de negociaciones, la policía talibán logró que las dos familias llegaran a un acuerdo para que el bebé fuera devuelto este sábado a su verdadera familia. Entre lágrimas, Safi, el taxista, devolvió a Ahmadi a su abuelo.
El reencuentro de los padres con su bebé queda pendiente de los trámites necesarios para su traslado al estado de Michigan, Estados Unidos, donde ya han emprendido una nueva vida.