Vladimir Putin se siente fuerte y así se lo hace saber al mundo. Por eso este martes, desde el Kremlin, el presidente ruso mantuvo sus exigencias y planteó la posibilidad de librar una guerra contra la OTAN si Ucrania entrara a formar parte de la Alianza Atlántica.
Planteó la opción de que Kiev lleve a cabo una operación militar contra Crimea y el Donbás, una vez la OTAN le haya facilitado el armamento necesario.
"Imaginemos que Ucrania, como país de la OTAN, inicia una operación militar por el control de la península de Crimea. ¿Qué hacemos? ¿Combatimos con la OTAN? ¿Acaso alguien ha pensado en eso? Parece que no", señaló Putin durante la rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.
Lo que hizo el mandatario ruso fue darle la vuelta a la tortilla y presentar a Ucrania como la verdadera amenaza de esta historia para así mantener sus exigencias en materia de seguridad, especialmente las dos que más preocupan a Moscú: que la OTAN continúe desplegando sus efectivos en el este de Europa y que finalmente acabe aceptando a Ucrania como miembro de pleno derecho.
"Hay que encontrar la forma de garantizar la seguridad y los intereses de todos los participantes en este proceso, desde Ucrania a los países europeos y a Rusia", insistía.
Y es que esta demostración de fuerza de Putin está justificada: tiene el respaldo de China. Putin acudirá el viernes a Pekín para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno y allí se reunirá con su homólogo chino.
Este viaje se ve por parte de los analistas internacionales como un refuerzo de los lazos diplomáticos entre China y Rusia, una alianza clave para hacer de contrapeso en el panorama internacional a Estados Unidos (EEUU).
La subsecretaria de Estado de EEUU, Wendy Sherman, apuntaba hace unos días que Putin estaría esperando que diera comienzo la competición olímpica para finalmente invadir Ucrania.
"Todos sabemos que la inauguración (de los JJOO) es el 4 de febrero y que se prevé que asista el presidente Putin a la misma. Probablemente el presidente (chino) Xi Jinping no estaría muy contento si el presidente ruso eligiese ese momento para invadir Ucrania", afirmaba Sherman. "Quizás esto pueda afectar a su calendario y a su pensamiento", añadía.
Mientras tanto, la acumulación de soldados rusos en la frontera con Ucrania no relaja a Occidente, que teme que en cualquier momento comience la ofensiva.
La Unión Europea (UE), EEUU, la OTAN y la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) analizaron este martes las últimas novedades en la crisis entre Rusia y Ucrania, incluida la carta que Rusia envió a Estados Unidos sobre sus exigencias, y reafirmaron su defensa de la arquitectura de seguridad europea y la decisión de continuar con su "estrecha" coordinación.
Se trata de los principales resultados de una llamada "a cuatro bandas" mantenida entre el alto representante de la UE para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell; el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg; y el presidente en ejercicio de la OSCE, el ministro de Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, informó el portavoz de Exteriores comunitario Peter Stano.
Los cuatro discutieron "los últimos desarrollos y actividades diplomáticas relacionadas con la acumulación militar de Rusia en Ucrania y sus alrededores", indicó Stano en un comunicado que difundió Efe.
Borrell, Blinken, Stoltenberg y Rau tuvieron ocasión de hablar de las exigencias de Moscú en las que pide "reorganizaciones" en la seguridad europea. También hablaron de la carta del ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en la que replicaba a la misiva enviada unos días antes por EEUU para responder a las exigencias de garantías de seguridad de Moscú, que recibió la respuesta de Washington con escepticismo.
"Mientras se preparan las respuestas, (los cuatro) reafirmaron la necesidad de defender los principios fundamentales de la arquitectura de seguridad europea", destacó el portavoz del Servicio Europeo de Asuntos Exteriores (SEAE), que dirige Borrell.
Asimismo, añadió el portavoz, "acordaron continuar las discusiones para abordar la situación de seguridad actual, incluso a través del compromiso bilateral y multilateral y una estrecha coordinación en todos los niveles".
De esta manera, los cuatro interlocutores reafirmaron su determinación ya expresada tras su conversación del 19 de enero en la defensa de la "arquitectura de seguridad europea existente" y en mantener "un frente transatlántico fuerte, claro y unido".
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