La imagen abrió este lunes periódicos en todo el mundo por su trascendencia pero también por su particularidad. Vladimir Putin recibió a Emmanuel Macron en Moscú y lo que debía ser un encuentro para acercar posturas se escenificó con frialdad y distancia: ahora se sabe el motivo.
El Kremlin pidió al presidente de Francia que se sometiera a una prueba PCR de detección de Covid-19 antes de reunirse con su homólogo a fin de garantizar la seguridad. Macron, ha desvelado El Elíseo, se negó a hacérsela, lo que justificaría la mesa de cuatro metros que tanto sorprendió a la opinión pública.
Putin ha recibido a otros líderes en esa misma mesa y en la misma disposición, uno en cada uno de los extremos, si bien se desconoce si el resto de interlocutores también se negó a la PCR previa.
La teoría del ADN
Según El Elíseo, "las condiciones protocolarias que hubieran permitido una reunión con los dos jefes de Estado con una distancia menor (...) no eran ni aceptables ni compatibles con los problemas de agenda" del mandatario francés.
Lo que no desvelan las fuentes oficiales es si, como informan varios medios franceses, la negativa de Macron y su equipo tiene como razón la sospecha de que Rusia quería apropiarse de ADN.
Macron sí se sometió a una PCR antes de partir hacia Moscú y a una de antígenos tras su aterrizaje, en ambos casos por sanitarios de su confianza.
Rusia lo confirma
"Sí, así es", ha dicho este viernes el portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, preguntado por la negativa de Macron a la PCR. Sin dar más detalles, se ha limitado a puntualizar que "comprenden" lo ocurrido y respetan la libertad de los líderes para someterse o no a la prueba.
"Aquí no hay nada de política, todos lo comprenden perfectamente y eso no impide celebrar negociaciones, que es lo más importante", ha zanjado Peskov.
Según el Kremlin, en caso cuando los interlocutores del presidente no se hagan la prueba, "se activa un protocolo de medidas adicionales para proteger la salud del líder ruso y de sus invitados".
Las negociaciones entre Putin y Macron se prolongaron por más de cinco horas y acabaron con una rueda de prensa conjunta en la que ambos también guardaron una considerable distancia.