Azovstal vuelve a ser el foco principal del conflicto entre Rusia y Ucrania. El ejército ruso ha iniciado un nuevo ataque contra la acería de Mariúpol tras el fin de semana de tregua para llevar a cabo las evacuaciones de civiles. Algo que Moscú justifica con una supuesta maniobra de militares ucranianos para recuperar posiciones en los exteriores de la planta. Y que va a provocar que cerca de 200 civiles que quedan dentro de la fábrica tengan que seguir protegiéndose en los distintos búnkeres.
La ofensiva ha sido anunciada por el propio Ministerio de Defensa del Kremlin, que ha anunciado además que está hostigando la zona "con aviones y artillería" tras 69 días de guerra. El motivo es que las Fuerzas Armadas ucranianas habrían aprovechado la tregua para volver a situarse en zonas favorables de ataque contra las Fuerzas Armadas de Vladimir Putin. Unas acusaciones de Moscú a las que Kiev no ha respondido por el momento.
Esta operación ha comenzado apenas unas horas después de que varios autobuses siguieran llevándose a los centenares de personas que permanecían allí desde hace semanas. Según el Kremlin, "las unidades del Ejército ruso y la República Popular de Donetsk están atacando esas posiciones de tiro utilizando artillería y aviación". Por lo que Rusia da por finiquitado el cese de las hostilidades, que finalmente ha durado apenas tres días.
Los cerca de 200 civiles que siguen resguardándose de los ataques van a tener muy difícil salir de allí en breve debido a este nuevo escenario. Junto a ellos también estarían varios grupos de soldados ucranianos, que son a los que Moscú asegura que está atacando en todo momento. El problema es que todos los que siguen en Azovstal ya se están quedando sin comida suficiente para todos tras varias semanas allí atrincherados.
Aquellos que sí tuvieron la suerte de salir de zonas de Mariúpol distintas a Azovstal ya se encuentran a salvo en Zaporiyia o Bezimenne. Según las informaciones de Kiev y Moscú, centenares de personas han logrado abandonar la ciudad portuaria en estos tres últimos días en distintos autobuses. Los testimonios recogidos por EL ESPAÑOL en la primera de esas ciudades evidencian el sufrimiento de quienes han vivido en el punto más castigado por el conflicto desde que comenzó la invasión rusa.
El último envite ruso apunta a que los que han logrado dejar atrás la zona en la mañana del martes serán los últimos que puedan hacerlo por el momento. La estrategia del Kremlin ha virado por completo en apenas unos días. Cuando a Rusia ya solo le quedaba por controlar Azovstal tras hacerse con el resto de la ciudad, Putin aseguró que iba a dejar a los soldados ucranianos recluidos por no suponer ningún peligro.
Ahora, Moscú insiste en hacer caer a la resistencia que queda allí. Y que logra escapar de los ataques gracias a los túneles y los búnkeres. En medio, hay casi 200 personas que llevan racionando la comida varias semanas. El riesgo real es que ahora se queden sin nada definitivamente.