Abramovich, 'mediador interesado': en busca de paz para evitar su ruina y las sanciones de EEUU
El empresario y dueño del Chelsea ha participado en las negociaciones de paz entre ambos países, lo que ha evitado que la Casa Blanca le sancione.
6 mayo, 2022 03:11Noticias relacionadas
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El oligarca ruso más importante que se ha librado de las sanciones de Estados Unidos es Roman Abramovich. Al menos hasta ahora. El dueño del equipo de fútbol londinense Chelsea FC ha participado como mediador entre el Kremlin y Kiev en las negociaciones de paz que ambos países mantienen desde que Vladimir Putin lanzara su ataque contra Ucrania. Unas conversaciones 'de paz' que se pueden calificar de poco fructíferas, como mínimo.
La invasión rusa no le ha salido barata a Abramovich. Sus nexos de unión con el régimen ruso le han pasado factura. Primero se vio prácticamente obligado a poner en venta al Chelsea, equipo del que es dueño desde 2003. Una semana después, el Gobierno británico congeló todos sus activos, por lo que la venta del club está paralizada. También le prohibieron viajar al país y realizar transacciones comerciales con individuos o entidades británicas. Básicamente, con la decisión de Putin de atacar Ucrania, el imperio de Abramovich en Inglaterra se ha derrumbado.
Por eso se puede entender su rol proactivo en las negociaciones de paz entre el agresor, su promotor, Rusia, y la víctima, Ucrania. ¿Interés personal, económico, o en busca de la paz? Probablemente ambas. Una lleva a la otra. Por eso Abramovich está haciendo lo posible por, al menos, estar presente en las negociaciones con Ucrania y mantenerlas activas.
Las sanciones de Reino Unido y la Unión Europea no las ha podido esquivar. Pero las de Estados Unidos sí. ¿Gracias a quién o a qué? Ni más ni menos que gracias al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. En marzo, el líder de Ucrania pidió expresamente al presidente estadounidense, Joe Biden, que no sancionara al oligarca ruso con la esperanza de que podía serle útil en las conversaciones de paz con Moscú, según The Wall Street Journal. Zelenski incluso llegó a pedirle al primer ministro británico, Boris Johnson, que no sancionaran a Abramovich. Pero su fama en Inglaterra y la presión política sobre Johnson para castigarle lo hicieron inevitable.
¿Engaño?
The Washington Post ha desvelado este jueves que Abramovich aseguró a dirigentes ucranianos que se reunió con Putin a mediados de abril y que "llegó a un entendimiento" con el presidente para que los soldados ucranianos heridos y los civiles retenidos en la acería de Azovstal salieran libremente.
El problema vino cuando los dirigentes ucranianos preguntaron a Moscú sobre este "entendimiento" para llevar a cabo la evacuación. La respuesta del Kremlin era nula. Silencio. Las tropas de Putin continuaron con los bombardeos sobre la metalúrgica sin piedad hasta que en una operación conjunta de las Naciones Unidas, Ucrania y la Cruz Roja, tras un acuerdo momentáneo con Rusia, un centenar de civiles salieron este pasado domingo. Abramovich no participó en las conversaciones que sellaron ese pequeño acuerdo, según The Washington Post, que cita a fuentes ucranianas.
Por la paz y por él
Las negociaciones, hasta ahora, le han servido más a Abramovich que al pueblo ucraniano, según funcionarios de Estados Unidos y expertos que cita el diario estadounidense. Las conversaciones de paz han continuado bajo la lluvia diaria de proyectiles rusos, que no han cesado desde hace ya más de 70 días. Y aún así el rol de Abramovich en estas negociaciones le ha protegido de sanciones que la Casa Blanca ya ha impuesto sobre otros oligarcas.
Por eso las negociaciones han sido más beneficiosas para él que para Ucrania, cuenta The Post. Dirigentes y negociadores ucranianos que han hablado con Abramovich describen sus interacciones con el oligarca de manera meditada y no quieren confiar mucho en una persona que tiene lazos de unión con el Kremlin desde hace muchos años, aunque sí admiten que es el único interlocutor que parece tener una línea directa con el presidente Putin.
"Es la úniva vía (Abramovich), hasta este punto, que está funcionando, aunque las decisiones son únicamente de Putin", asegura un funcionario ucraniano que cita el periódico estadounidense.
A pesar de su participación en las negociaciones y de que su intención era donar los ingresos de la venta del Chelsea a las víctimas de la guerra, Abramovich no ha condenado públicamente ni a la invasión ni a Putin. Tiene gestos hacia ambos lados. Unos hacen pensar que está del lado del Kremlin, otros que lo que más quiere es la paz. Al fin y al cabo, la guerra en Ucrania solo le ha provocado quebraderos de cabeza y pérdidas económicas.
Los resultados de su participación en el conflicto con Ucrania son variados. El 'indulto' momentáneo de Estados Unidos le ha dado al oligarca ya más de dos meses para vender sus acciones en Estados Unidos y tomar medidas para prepararse ante una posible sanción.
Las sanciones del Reino Unido, en cambio, le han obligado a poner en venta al Chelsea bajo términos impuestos por el Gobierno británico diseñados para que no se beneficie personalmente de la venta y las ganancias sean destinadas a ayudas para Ucrania.
Sus yates y aviones privados han sido desplazados a Turquía y otros países fuera del alcance de las autoridades occidentales. Otras propiedas suyas, como una mansión de 15 habitaciones en Londres, han sido congeladas, por lo que no puede venderlas. La isla de Jersey, un paraíso fiscal y territorio dependiente del Gobierno británico, congeló 7 mil millones de dólares del oligarca el pasado 12 de abril. La Unión Europea también le ha sancionado por su relación con Putin y "acceso privilegiado al presidente ruso".
Todas las sanciones han supuesto un gran golpe a la fortuna de Roman Abramovich. Los expertos, sin embargo, señalan que si Estados Unidos acaba sancionándole, su riqueza podría sufrir un daño aún mayor dada la importancia del dólar estadounidense en las transacciones mundiales.