Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania gran parte de los países occidentales se ha volcado para hacer llegar al país atacado ingentes cantidades de armamento. Un propósito nacido de la voluntad de ayudar al pueblo ucraniano que está levantando ahora el temor de que el exceso de armas recale en el mercado negro, como ya ocurrió en 2014.
Uno de los países que más ha colaborado a dotar a Ucrania de armamento suficiente para hacer frente a la invasión rusa ha sido Estados Unidos. La Administración Biden acaba de aprobar un paquete de asistencia a Ucrania por unos 40.000 millones de dólares (unos 38.400 millones de euros al cambio actual), que potenciará el flujo de armamento (misiles, cohetes, artillería, drones...) en el país.
El paquete de asistencia se utilizará para financiar armamento y ayuda. Del total, 8.700 millones se destinarán a reponer los inventarios de armas enviados al frente; 6.000 millones a entrenar y armar a las fuerzas ucranianas y otros 3.900 millones a las fuerzas estadounidenses desplegadas en toda Europa por la crisis de seguridad que ha desencadenado este conflicto.
Este esfuerzo armamentístico se suma al que ya se comprometió Estados Unidos previamente a proporcionar a Ucrania: 1.400 sistemas antiaéreos Stinger, 5.500 misiles antitanque, 700 drones Switchblade, 90 sistemas de artillería Howitzers de largo alcance, 7.000 armas pequeñas y 50 millones de rondas de municiones, entre otros, según explica el diario The Washington Post.
Otros países, entre ellos España, han enviado también ayuda en forma de armas a Ucrania, aunque a mucho menor escala. Con ello se ha dado respuesta a los múltiples llamamientos efectuados por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a la comunidad internacional para reforzar su capacidad armamentística.
Rastrear las armas
Ahora surge el temor de que parte de esta ingente cantidad de armas pueda recalar en el mercado negro y, en consecuencia, en manos de grupos terroristas. Un riesgo que surge del hecho de que es realmente difícil rastrear el camino que siguen las armas una vez se envían al país.
"Es sencillamente imposible hacer un seguimiento no solo de adónde van [las armas] y quién las está usando, sino también cómo se están usando", afirma a The Washington Post Rachel Stohl, experta en control de armas y vicepresidenta del Stimson Center.
El periódico recoge también el testimonio de un portavoz del Departamento de Estado, según el cual Estados Unidos ha realizado una investigación exhaustiva sobre el armamento que envía a Ucrania y obliga habitualmente a Ucrania a firmar acuerdos que impiden transferir estos equipos a terceros sin la autorización del gobierno estadounidense.
El temor a que terminen en el mercado negro viene de que desde 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea, el comercio ilícito de armas se ha disparado apoyado en el limitado control de las armas.
Apoyo histórico
Con el refuerzo de seguridad aprobado ahora, Ucrania se convierte en el mayor receptor de asistencia de seguridad de Estados Unidos en el mundo. Y es que Ucrania habrá recibido este año más de lo que este país ha proporcionado a Afganistán, Irak o Israel, según explica The Washington Post.
De hecho, la ayuda enviada supera el máximo aportado a las fuerzas afganas durante la guerra, si bien en aquel momento Estados Unidos tenía una presencia en el país muy importante, con lo que tenía más fácil rastrear el destino de las armas.
"En comparación, el gobierno de Estados Unidos está ahora ciego en términos de monitorizar las armas suministradas a las milicias civiles y al ejército en Ucrania", explica a The Washington Post el experto en control de armas del Quincy Institute William Hartung.
También España ha apoyado a Ucrania en materia de defensa como a ningún otro país antes. A ello se comprometió Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, durante su visita a Ucrania a finales de abril.
De hecho, hace unos días atracó en la ciudad polaca de Gdynia un buque con armamento español que fue derivado por frontera terrestre a las fuerzas ucranianas. Más concretamente, se transfirieron 200 toneladas de armas y munición, 30 camiones de gran tonelaje y diez camiones ligeros, según informó el Ministerio de Defensa.