La atención europea se centra estos días en Lituania tras la amenaza de Rusia de tomar represalias por el bloqueo de Lituania al transporte de mercancias a través de su territorio hacia el enclave ruso de Kaliningrado en el Mar Báltico. Moscú ha considerado que se trata de una "medida sin precedentes" y ha señalado que se reserva el derecho a "tomar represalias para proteger su interés nacional".
Los comentarios hicieron sonar las alarmas en Bruselas, donde el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que Lituania simplemente estaba aplicando el régimen de sanciones de la UE. Sin embargo, Borrell reconoció que le preocupaba el riesgo de represalias y que verificaría que se cumplieran todas las reglas.
"Las represalias rusas siempre preocupan", dijo, destacando que la infromación que se está transmitiendo desde el Kremlin no es del todo veraz. "No hay un bloqueo. El tránsito terrestre entre Kaliningrado y otras partes de Rusia no ha sido prohibido. El tránsito de personas y bienes tampoco están sancionados y, además, Lituania no ha adoptado ninguna restricción nacional unilateral. Todo lo que están haciendo ha sido consecuencia de una consulta previa con la comisión, que le ha dado las pautas a seguir", zanjó.
Durante el fin de semana, después de que las autoridades de Kaliningrado advirtieran de que Lituania se preparaba para cerrar las conexiones ferroviarias y de gasoductos con Rusia, los ciudadanos acudieron a comprar de forma masiva, por miedo a la escasez de bienes.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, intensificó aún más las tensiones el lunes al amenazar con una respuesta a lo que dijo que era un "movimiento ilegal". "Esta decisión no tiene precedentes. Es una violación de todo, es ilegal. La situación es más que grave… Necesitamos un análisis profundo y serio para elaborar nuestra respuesta”.
Encajada entre Lituania al norte y al este, y Polonia al sur, Kaliningrado está a unos 1.300 kilómetros de Moscú y depende de que gran parte de sus suministros lleguen por ferrocarril.
Moscú acusa a Vilna de violar tanto el Acuerdo de Colaboración y Cooperación de 1994 como la Declaración Conjunta de 2002 sobre el tránsito entre Kaliningrado y el resto del territorio de la Federación rusa. "No es una decisión de Lituania, sino simplemente la puesta en práctica de lo acordado por la UE", replicó Gabrielius Landsbergis, ministro de Exteriores del país báltico.
Al respecto, el gobernador de Kaliningrado, Antón Alijánov, advirtió a Lituania que los puertos bálticos "no pueden existir, les guste o no, al margen de la Federación Rusa". "En cuanto al transporte, las medidas de respuesta son muy evidentes y tremendamente dolorosas (para Lituania). Si excluimos el tránsito a través de territorio ruso, entonces su competitividad no es que se reduzca drásticamente, sino que simplemente se verá anulada", resaltó.
Alijánov admitió que el bloqueo parcial lituano afectará a hasta un 50% de las mercancías que recibe el territorio, en su mayoría metales, cemento y materiales de construcción, por lo que acusó a Vilna de intentar "estrangular" la economía local. "Es un paso abiertamente hostil. Nosotros no queremos comprar esos productos a Europa. Nos dedicamos a suministrar a nuestra región o a exportar principalmente a territorio ruso las mercancías que aquí producimos", destacó a la televisión pública rusa.
Se trata de una "gran variedad de mercancías", aunque matizó que el carbón no se verá afectado hasta el 10 de agosto y el diésel o la gasolina hasta diciembre. "Para solucionar el problema del tránsito a través de Lituania, la Comisión Europea (CE) simplemente tiene que introducir enmiendas a las sanciones de la UE", subrayó. En caso contrario, advirtió, perderá mucho dinero, ya que el tránsito es una de las principales fuentes de financiación para el sistema de ferroviario lituano, que es "deficitario" y necesita invertir en infraestructura.
Alijánov se mostró convencido de que con el incremento del número de mercantes provenientes de San Petersburgo los habitantes de Kaliningrado no sufrirán escasez de productos básicos, aunque el tránsito será "más largo y más costoso". Hace un mes el presidente ruso, Vladímir Putin, reprendió a Alijánov por culpar a la "operación militar especial" rusa en Ucrania de los problemas de Kaliningrado.