Rusia cumple su amenaza. El suministro de gas ruso ha dejado de llegar a otro país de Europa desde este mismo sábado. La 'víctima' ha sido Letonia, que va a dejar de recibir la materia prima. El motivo es una supuesta violación del acuerdo para la extracción de gas, según ha asegurado la gasista rusa Gazprom en un comunicado recogido por la agencia Reuters. Por ahora, el Gobierno letón no ha reaccionado ante el anuncio del gigante gasista ruso.
Letonia se suma así a Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos o Dinamarca, que ya sufrieron los cortes de gas de Rusia por su negativa a pagar el suministro en rublos. Una medida que fue una imposición del Kremlin como respuesta a las sanciones de la Unión Europea por la invasión de Ucrania. Lo que obligaba a estos Estados a utilizar cuentas en bancos rusos para asumir esas facturas. Algo que, debido a la suspensión de las operaciones bancarias con Moscú, sería muy complicado.
"Hoy Gazprom ha suspendido el suministro de gas a Letonia en el marco de la solicitud de julio debido a la violaciones de las condiciones de selección de gas", ha señalado la corporación rusa en un breve comunicado. Esta decisión se produce solo un día después de que el país báltico anunciara la reanudación de las importaciones de gas ruso a través de una compañía mediadora.
En su momento, Letonia y las otras dos repúblicas bálticas, Estonia y Lituania, se negaron a aceptar la exigencia de Rusia de pagar el gas en rublos. A esto se sumó que, a mediados de julio, el Parlamento letón adoptó la decisión de prohibir totalmente la importación de gas del gigante ruso a partir del 1 de enero de 2023. Circunstancias que son claves en su controvertida relación con Moscú.
Para mitigar este problema, Letonia cuenta con un gran depósito subterráneo de gas en la ciudad de Incukalns, operada por Conexus Baltic Grid, una red unificada de distribución y almacenamiento de gas para los tres países bálticos. Según las cuentas de Gazprom, Letonia recibió en 2019 y 2020 más de 1.600 millones de metros cúbicos de gas anuales.
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Riga admite compras a otra empresa
La compañía de gas letona Latvijas Gaze (LG) ha sido objeto de críticas en Letonia tras admitir que está comprando gas de Rusia de una empresa que no es Gazprom. Aigars Kalvitis, presidente del consejo directivo de LG, ha anunciado en un comunicado que la empresa "está comprando gas de otros proveedores, pagando en euros tal y como lo requiere el marco regulatorio en vigor en Letonia".
Aigars ha aclarado que no se están produciendo negocios con Gazprom ya que no es posible realizar pagos en rublos, tal y como requiere Moscú. El comunicado también destaca que LG "no es el único importador de gas natural en la región báltica que está comprando y recibiendo gas natural de Rusia", con lo que apunta según los medios locales a que LG está obteniendo el gas a través de un intermediario.
Otros cortes de Gazprom
No ha sido el único corte llevado a cabo por la gasista rusa en estos días. Gazprom recortó este miércoles el bombeo de gas a Alemania a la quinta parte de la capacidad del gasoducto Nord Stream. Una decisión que Berlín considera una "estrategia de guerra".
Aun con todos estos hechos, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha insistido recientemente en que Gazprom cumplirá con sus obligaciones contractuales. Pero la compañía se escuda en "motivos técnicos" para los recortes, de los que responsabiliza a la compañía alemana Siemens, a la que pertenecen las turbinas de la estación compresora. Algo desmentido por la empresa, que asegura que el transporte de la materia prima podía comenzar "inmediatamente".
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Este martes, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que el gasoducto gemelo Nord Stream 2 "puede satisfacer plenamente las necesidades de Europa". El problema, según Lavrov, es que los europeos "no permiten su funcionamiento por motivos políticos".
El Nord Strem 2 nunca fue puesto en marcha debido a que Alemania congeló su certificación el 22 de febrero de este año. Un órdago que se produjo al día siguiente de que Rusia reconociera la independencia de las autoproclamadas república populares de Lugansk y Donetsk. Dos días después, Rusia lanzó su "operación militar especial" en Ucrania.