Hadi Matar tiene 24 años, nació en California y desde hacía poco residía en Fairview, New Jersey. El viernes compró una de las 2.500 entradas que permitían el acceso a un acto literario que acogía la Institución Chautauqua, al oeste del estado de Nueva York. Con ella entró al recinto y esperó hasta que el conferenciante, el escritor Salman Rushdie, de 75 años, subiese al escenario para cubrirse el rostro, acercarse a él y asestarle hasta 15 puñaladas en el abdomen y en el cuello.
El novelista, que iba a dar una charla sobre cómo Estados Unidos es un refugio seguro para los escritores exiliados, no alcanzó a pronunciar una sola palabra. Matar, de complexión alta y delgada, se abalanzó sobre él y, según confirman los testigos a diversos medios de comunicación del país, siguió intentando acuchillarle incluso cuando un grupo de asistentes intentó neutralizarlo.
"Estaba furioso, muy furioso. Se necesitaron cinco hombres para reducirlo mientras seguía apuñalando", sostiene una testigo entrevistada por The New York Times.Tras el ataque, Matar, hijo de padres libaneses, fue detenido en el lugar y trasladado a prisión. Allí permanece bajo las acusaciones de "intento de asesinato" y "agresión" en segundo grado. Cargos sobre los que se delcaró "inocente" este mismo sábado.
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El día del ataque, mientras Rushdie era intervenido de urgencia, el FBI inició un registro en la casa de Matar para buscar algún indicio sobre su motivación. Por el momento, quizá por cautela, las autoridades han indicado que desconocen el móvil del ataque.
Sin embargo, algunas de las primeras informaciones que han salido a la luz es que los investigadores descubrieron que es una persona cercana al extremismo musulmán chií y simpatizaba en sus redes sociales con la Guardia Revolucionaria de Irán, la fuerza militar de las Fuerzas Armadas del régimen fundamentalista iraní.
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Asimismo, en el registro de la mochila que llevaba durante el ataque encontraron un carné de conducir falso que, de acuerdo con algunos medios locales, llevaba el nombre de Hassan Mughnyah, el mismo apellido del líder militar del chií Hezbollah asesinado por el Mossad en 2008. Aunque de momento las autoridades no han confirmado esta última información.
Hari Matar era un "lobo solitario". Así lo sostienen las autoridades encargadas de investigar el ataque, que han concluído que no tenía lazos directos con Teherán y que el Gobierno iraní podría no estar implicado directamente. Asimismo, tampoco han descartado que hubiera actuado por "convicciones religiosas, por venganza o por dinero", recoge la CNN.
La fetua de los 3.000 millones
Salman Rushdie vivió con la muerte en los talones durante 33 años. La publicación de su controvertida novela Los versos satánicos en 1988 le convirtió en uno de los hombres más perseguidos del mundo. El ayatolá Jomeini, líder de la revolución iraní, pidió su cabeza, emitió una fetua (un decreto legal emitido por un líder religioso islámico) contra él y ofreció una recompensa de cerca de 3.000 millones de dólares.
Amenazado por el fundamentalismo islámico, Rushdie vivió rodeado de guardaespaldas. Sin embargo, Hadi Matar le asestó hasta 15 puñaladas en el torso y en el rostro. Un intento de asesinato que ha logrado esquivar, tras mostrar los primeros signos de mejoría. Tras décadas de amenazas, Rushdie había bajado la guardia para tener una vida lo más normal posible.
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Así lo explicó él mismo en una entrevista realizada hace dos semanas para la revista alemana Stern, que ha decidido adelantar la publicación tras el ataque. En ella, el periodista describe cómo el autor llegó sin ningún tipo de seguridad y que parecía "un hombre tranquilo". Estaba preocupado, señala el entrevistador, pero "ya no por sí mismo, sino por América, su país adoptivo".
Durante la conversación, el autor, de 75 años, dijo que su vida era "relativamente normal" y que la amenaza le parecía una cosa del pasado. Sin embargo, aunque el gobierno de Irán se ha distanciado del decreto de Jomeini, la recompensa por la cabeza de Rushdie sigue activa.
Las autoridades políticas y religiosas de Irán no han hecho ninguna declaración sobre el ataque contra un escritor que lleva amenazado años. Un silencio que, sin embargo, se ha visto manchado por la prensa vinculada a las autoridades de la república islámica, que ha aplaudido el intento de asesinato contra el escritor de origen indio, considerado "un enemigo del islam".
El diario ultraconservador Kayhan, cuyos responsables son directamente nombrados por el actual líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, ha sido uno de los más directos. Ha declarado a Matar como un "hombre valiente y consciente de su deber" y le ha aplaudido por atacar "al apóstata y depravado Salman Rushdie".
"Besemos las manos de quien desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo", señalaba el periódico. Otro medio similar, el Eghtesad Salem, se ha dirigido directamente al Gobierno de EEUU, a quien ha dicho "que deberá temer", sin importar el tiempo que pase "la venganza de Irán" por el asesinato del general iraní Qasem Soleimani a manos estadounidenses en Irak en 2020.
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