El 'mercader de la muerte' que conspiró para matar americanos y que Biden ha intercambiado por Griner
EEUU ha entregado al traficante de armas ruso Víctor Bout a cambio de la estrella del baloncesto Brittney Griner, condenada por posesión de drogas.
9 diciembre, 2022 02:11El traficante ruso de armas Víktor Bout, que fue canjeado este jueves por la baloncestista Brittney Griner tras 14 años entre rejas, primero en Tailandia y después en EEUU, pasó de ser El mercader de la muerte a artista que se dedicó a dibujar en la cárcel donde cumplía 25 años de prisión.
Bout ha guardado silencio en los últimos años sobre su situación, mientras que su madre, Raísa, y su esposa, Alla, luchaban por la liberación de él escribiendo cartas abiertas tanto al presidente ruso, Vladímir Putin, como al estadounidense, Joe Biden.
En diciembre de 2021, dos meses antes de que Putin ordenara atacar Ucrania, expuso en Moscú una veintena de dibujos que muestran una faceta hasta ahora desconocida de él.
Vida camaleónica
Su nuevo pasatiempo revelaba no obstante el carácter camaleónico que siempre le caracterizó: antes de artista y preso fue traficante de armas. Y antes de dedicarse a este negocio fue empresario.
Su vida, que parece sacada de un personaje de una novela y que inspiró la película El señor de la guerra en la que Nicolas Cage interpreta a Bout (Yuri Orlov), empieza a escribirse en 1967, cuando nació en Dusambé, la capital de Tayikistán, según fuentes rusas.
Se graduó en el Instituto Militar de Lenguas Extranjeras en Moscú en 1991 y tras la caída de la URSS trabajó como intérprete para la Fuerza Aérea rusa en una base militar.
Posteriormente se enroló en el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), donde alcanzó el grado de mayor.
En 1992 se marchó a Sudáfrica, donde se dedicó a "organizar el transporte aéreo", de acuerdo con la agencia TASS.
Tres años después aparecería en Bélgica, donde figuraba como propietario de la aerolínea Transavia Export Cargo y donde abriría además su primer negocio de flores y productos alimentarios, según el diario ruso Kommersant.
En 1998 se trasladó a los Emiratos Árabes Unidos, donde residía con su esposa y su padre, que ostentó también un alto cargo en el KGB en tiempos de la Unión Soviética.
A mediados de los años 1990 empezaron a aparecer en medios informaciones de que su negocio incluía el tráfico ilegal de armas.
En el año 2000 fue mencionado en conexión con el suministro de armas a Afganistán, los países de la antigua Yugoslavia y una serie de Estados africanos que eludieron las sanciones occidentales.
Aunque firmó sus primeros contratos en Afganistán, el ruso pronto extendió sus tentáculos a África (Charles Taylor en Liberia era uno de sus principales clientes) y Oriente Medio.
Washington acusó a Bout, que siempre ha negado ser un traficante de armas y del que se cree que vivía en el año 2002 en Rusia, de haber violado casi todos los embargos a la venta de armas impuestos por la ONU en las zonas de conflicto en África y Asia.
Según los servicios secretos de Estados Unidos, Bout encabezaba "una de las mayores redes privadas de aviones de transporte del mundo".
El ruso poseía varias empresas y aerolíneas: Great Lakes Business, Compagnie Arienne des Grands Lacs, Bukavu Aviation Transport y Business Air Services, entre otras.
"Mis compañías se dedican a la venta de tecnología rusa", señaló en una ocasión a medios rusos.
Se dice de él que es políglota, pues hablaría ruso, uzbeko, inglés, francés y portugués. Y supuestamente tenía en su poder cinco pasaportes, en los que figuraba con diferentes apellidos: Bout, Bout, Budd, Bont y Bulakin.
Traficaba en todos los rincones
La ONU denunció en uno de sus informes que Bout trafica con armamento procedente de fábricas en Ucrania, Moldavia y Bulgaria, pero, en ocasiones, también ha transportado mercenarios a zonas en guerra.
En 2000, según Naciones Unidas, Bout vendió armas a la guerrilla angoleña UNITA por valor de 15 millones de dólares y también suministró equipos militares a milicias de Ruanda y Uganda.
Al ruso también se le relacionó con Al Qaeda, organización a la que supuestamente vendió armas antes de los atentados del 11-S, al igual que al movimiento talibán.
Su presunta mala reputación no impidió que EEUU negociase con él en varias ocasiones y situaciones.
Por ejemplo, en Irak "La cooperación entre el Pentágono y Bout acabó una vez que Washington consiguió organizar la comunicación aérea con el contingente militar", según el norteamericano Douglas Farah, coautor del libro "El mercader de la muerte".
Detención
Su carácter camaleónico y su experiencia como agente del FSB, no le permitieron eludir eternamente la Justicia.
En 2008 fue detenido en Bangkok por una orden de arresto internacional de EEUU.
En 2010 fue trasladado a EEUU y dos años más tarde fue condenado a 25 años de prisión por haber conspirado para matar a estadounidenses e intentado vender misiles tierra-aire a la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre otros cargos.