Una escuela de Kramatorsk (Donetsk), destruida en un bombardeo reciente este mes de marzo.

Una escuela de Kramatorsk (Donetsk), destruida en un bombardeo reciente este mes de marzo. María Senovilla

Mundo

Sábado negro en Bakhmut: dos muertos y decenas de heridos en tres ciudades del norte de Donetsk

Rusia bombardea en un solo día Chasiv Yar, Konstantinivka y Kramatorsk, con munición de racimo, causando numerosas bajas entre la población civil.

19 marzo, 2023 02:30
Kramatorsk

Los ataques han comenzado por la mañana en Chasiv Yar –la retaguardia del frente de combate de Bakhmut–, han seguido al mediodía en Konstantinivka y han terminando a primera hora de la tarde en la ciudad de Kramatorsk, donde el Ejército del Kremlin ha empleado munición de racimo contra la población civil. 

El balance, dos muertos y al menos veinte heridos, ha teñido de negro una jornada de sábado sacudida por las explosiones –en pleno día– que sorprendían a los ucranianos en calles, parques y mercados. 

En el caso de Chasiv Yar, la localidad vive bajo el fuego cruzado desde hace meses, y los ataques rusos son diarios. Apenas queda un 10% de la población residiendo allí, y dependen de la ayuda humanitaria para subsistir porque no hay supermercados, servicios médicos, ni siquiera electricidad o agua corriente.

Resultado de uno de los últimos bombardeos rusos que impactó contra una zona residencial y comercial en la ciudad de Konstantinivka (Donetsk), este mes de marzo.

Resultado de uno de los últimos bombardeos rusos que impactó contra una zona residencial y comercial en la ciudad de Konstantinivka (Donetsk), este mes de marzo. María Senovilla

Precisamente, dos de los voluntarios que llevaban ayuda humanitaria están entre los heridos. Ambos eran de nacionalidad polaca, y uno de ellos ha tenido que ser trasladado a un hospital de Dnipro porque sus heridas revestían gravedad.

A medio camino entre Chasiv Yar y Kramatorsk, la localidad de Konstantinivka –que se ha convertido en un gran cuartel militar desde que comenzó la defensa del frente de combate de Bakhmut– era otra de las ciudades golpeadas. 

Los ataques aquí no han parado desde el pasado jueves, cuando sembraron el terror entre la población civil al producirse varias detonaciones en un mercado de abastos. Los charcos de sangre que quedaron tras el bombardeo contrastaban con la imagen de aparente tranquilidad que reinaba durante los días anteriores.

Al hablar entonces con las personas que regentaban los puestos de comestibles de ese mismo mercado, aseguraban que se sentían tranquilos pese a la cercanía con Bakhmut. Y no tenían intención de abandonar la ciudad. 

Los ánimos no son iguales

Tras el primer ataque, los ánimos de los residentes ya no eran los mismos. Y después de tres días seguidos de asedio, podría comenzar un éxodo de población hacía otros lugares más seguros, porque todo apunta a que esta ciudad se ha convertido en el próximo objetivo del Kremlin.

El último de los bombardeos de este sábado sacudía Kramatorsk unos minutos antes de las cuatro de la tarde. Se escucharon varias explosiones seguidas, que hicieron temblar los cristales de las casas y saltar las alarmas de los coches que estaban aparcados en la calle.

Han muerto dos mujeres y han resultado heridas diez personas más, con el agravante de que el Kremlin ha empleado bombas de racimo para perpetrar el ataque. Esta munición de fragmentación –especialmente letal por su gran dispersión y capacidad de perforar incluso el metal– está prohibida por el Derecho Internacional desde 2010.

Los proyectiles impactaron en el parque Bernatsky y en una zona residencial cercana a la Estación de Tren de Kramatorsk, tristemente recordada por la matanza que Rusia provocó allí  el 8 de abril del año pasado, cuando lanzó un misil en plena oleada de evacuaciones civiles que cercenó la vida de 60 personas e hirió a más de 100.

Restos de uno de los últimos bombardeos rusos que impactó contra una zona residencial y comercial en la ciudad de Konstantinivka (Donetsk), este mes de marzo.

Restos de uno de los últimos bombardeos rusos que impactó contra una zona residencial y comercial en la ciudad de Konstantinivka (Donetsk), este mes de marzo. María Senovilla María Senovilla

En esta ocasión, además de las pérdidas humanas, han resultado afectados diez edificios de viviendas y catorce instalaciones municipales, según informaba el alcalde de la ciudad, Oleksander Goncharenko. 

Además, hay que recordar que es la segunda vez en lo que va de semana que Rusia bombardea aquí: el pasado martes, un misil atravesaba un bloque de viviendas del centro de la ciudad, matando a un hombre e hiriendo a otras cuatro personas.

Bakhmut Resiste 

Mientras, la actividad bélica en el frente de combate Bakhmut –a 33 kilómetros de Kramatorsk– es frenética. La artillería ucraniana trabaja sin tregua para contener el avance de las tropas rusas que intentan embolsar la ciudad. Y los combates urbanos entre los mercenarios rusos del grupo paramilitar Wagner y las Fuerzas Armadas ucranianas se están multiplicando en los barrios del centro, dentro de la urbe, provocando una ingente cantidad de bajas ambos bandos.

Zelenski, que ha apostado por contener aquí el avance de Putin por el norte de Donetsk –el último bastión del Dombás controlado por los ucranianos–, está enviando tropas de asalto y unidades de élite que, respaldadas por esa artillería que es crucial, luchan en desventaja numérica. 

Mercado de Konstantinivka (Donetsk), antes de los bombardeos de esta semana.

Mercado de Konstantinivka (Donetsk), antes de los bombardeos de esta semana. María Senovilla

A pesar de todo, el Kremlin no ha logrado tomar Bakhmut tras más de siete meses de asedio. Y mientras sus tropas se concentran en este punto, liberan de presión a otras posiciones ucranianas y dan tiempo al Ejército de Zelenski para que prepare esa contraofensiva de primavera que, según voces militares, podría comenzar a principios de mayo.

Hasta entonces, el Ejército ucraniano asegura que está causando bajas masivas entre las tropas rusas, algo que no parece preocupar a sus oficiales a pesar de las críticas que están recibiendo de sus propios combatientes, que denuncian falta de munición y “abandono” a través de las redes sociales.

[La resistencia de Ucrania en Ivanivske y Khromove impide la pinza de Rusia sobre Bakhmut]

Lejos de preocuparse por las condiciones sus soldados, Putin se ha limitado a enviar trenes cargados de presos a este frente de combate. Carne de cañón, sin formación militar y con pocas posibilidades de sobrevivir, pero que causan bajas entre las filas ucranianas.