El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha ordenado que los judíos no puedan acceder a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén desde este miércoles y hasta el fin del mes sagrado musulmán del Ramadán, el 20 de abril, con el objetivo aparentemente de aliviar tensiones en la zona.
El Gobierno israelí habían mantenido la incógnita durante estos últimos días, marcados en la Explanada -llamada Monte del Templo por los judíos- por las acciones emprendidas por las fuerzas de seguridad contra varios grupos de palestinos en el interior de la mezquita de Al Aqsa, situada en esta zona.
Hasta ayer, martes, la zona había estado abierta para los judíos, pero Netanyahu ha decidido que desde este miércoles el acceso permanecerá vetado, de tal manera que se permitirá únicamente el acceso de musulmanes.
Hasta el 20 de abril
De hecho, para evitar tensiones, Israel suele prohibir la entrada de judíos a la Explanada de las Mezquitas durante el Ramadán, pero grupos sionistas religiosos (en general alineados con el movimiento colono) han presionado para poder entrar durante la semana de Pésaj, unas de las fiestas judías más importantes. Y así ha sido, lo que ha llevado a fuertes tensiones en la zona. Además, los rezos de Ramadán y el Pésaj coinciden también con la Semana Santa católica, una cuestión que no ha generado ningún problema de seguridad.
Hay que recordar que el 'statu quo' en la Explanada de las Mezquitas ya impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente su visita en horarios predeterminados. También establece que deben recorrerlo en una ruta fijada, acompañados por policías que vigilan que los fieles no recen o que introduzcan banderas israelíes u objetos religiosos.
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La Explanada de las Mezquitas ha sido escenario de una escalada que comenzó en enero a raíz de una visita del ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultraderechista Itamar Ben Gvir. Sin embargo, las tensiones alcanzaron niveles máximos la semana
pasada, después de que las fuerzas de Israel cargasen contra palestinos en la mezquita de Al Aqsa alegando riesgos en materia de seguridad. Esta acción de Ejército israelí dejó 350 detenidos y 30 heridos, y provocó que milicias palestinas lanzaran cohetes desde Gaza y el sur de Líbano.
La tensión en la zona sagrada se debe al acceso por parte de judíos sionistas a la Explanada de las Mezquitas, vulnerando el pacto firmado en el año 1967 entre Israel y Jordania. Mediante este acuerdo los judíos no pueden rezar dentro de la Explanada de las Mezquitas, o el Monte del Templo para ellos porque se cree que ahí mismo se levantó el Segundo Templo (el lugar por tanto más sagrado para el judaísmo donde sólo pueden orar algunos rabinos). Por este motivo, los judíos oran desde el cercano Muro de las Lamentaciones, mirando hacia donde se ubicó el templo.
Sin embargo, en las últimas décadas, en paralelo al auge del sionismo religioso, cada vez más rabinos instan a entrar a la Explanada a rezar violando el statu quo acordado, donde los judíos sólo pueden entrar como visitantes.