Este verano se subastan dos vehículos de lujo, un Rolls-Royce Phantom y un Ferrari GT Coupé, que pertenecieron al rey Mohamed V de Marruecos. El abuelo de Mohamed VI acumuló gradualmente una colección respetable de coches de alta gama, que incluía un auto de desfile Delahaye. El gusto del monarca queda reflejado en una foto de amplia difusión tomada durante la década de 1930 en la que se para frente a un Panhard cupé mientras su hijo, el futuro rey Hassan II, se sienta en un coche de pedales Panhard modelo a escala.
Precisamente, el rey Mohamed VI heredó esa afición de su abuelo y de su padre Hassan II, grandes coleccionistas. Frente a los Rolls y los Cadillacs más retros de sus antepasados, Mohamed VI se decanta por los modelos deportivos por la comodidad. Su colección de automóviles de lujo y antiguos asciende a 600. Equipos especiales se encargan de su conservación en un estacionamiento en la Route des Zaer en Rabat, a pesar de que casi nunca los conduce.
Los caprichos de la dinastía alauita no tienen límites. Durante la visita de Hassan II a Madrid en 1989 pidió que le recogieran en el Hotel Ritz de Madrid con un Rolls-Royce, según explicó a EL ESPAÑOL un antiguo corresponsal en el Magreb. Finalmente, para la ocasión consiguieron un modelo que se había adquirido durante la dictadura de Francisco Franco.
La cultura automovilística viene de lejos en Marruecos. Uno de los primeros Mercedes perteneció al sultán Moulay Hassan en 1895 y los primeros coches empezaron a circular en el país magrebí a principios del siglo XX. De hecho, el país vecino también estuvo entre los primeros en organizar carreras, como el Gran Premio de Marruecos de Fórmula 1 celebrado en 1958 en Casablanca, que ganó el piloto británico Stirling Crawford Moss.
El año pasado, también se subastó el Rolls-Royce Camargue de 1977 que perteneció al rey Hassan II por 248.000 euros. El padre del actual monarca había confiado el vehículo al conocido carrocero suizo Franco Sbarro para convertirlo en un 4X4 destinado a la caza del halcón, informó The Sun. Este último transformó el Rolls-Royce en un vehículo de lujo sin puerta, parecido a un bogie con parabrisas que pueden plegarse.
Este verano le toca el turno al BST1925 Rolls-Royce Phantom I y al Ferrari 250 GT Coupe Speciale de 1956 de Mohamed V.
BST1925 Rolls-Royce Phantom I
El 4 de agosto, a las 14.00 horas, la casa inglesa Silverstone Auctions organiza una subasta de coches de colección, entre ellos un antiguo Rolls-Royce Phantom. Su precio de salida está fijado en 130.000 libras. Se puede optar por ofertar en la sala, por teléfono, en vivo en línea o mediante comisión.
Este BST1925 Rolls-Royce Phantom I fue preparado para Mohamed V en París por el renombrado corredor de Rolls-Royce James Radley. Se sometió a “una restauración a largo plazo, sin reparar en gastos, que comenzó en 1985 y terminó recientemente”, explica la casa de subastas Silverstone Auctions.
Después de salir a la luz, el Rolls-Royce Phantom 1925 alcanzó un rotundo éxito en la época. Fue el primer modelo de la serie Phantom. El objetivo principal de Rolls-Royce era idear un auto blindado que se asemejara en características a los autos utilizados por personajes influyentes de la Primera Guerra Mundial como Lawrence de Arabia.
Ferrari 250 GT Coupe Speciale de 1956
Otro coche excepcional que perteneció a Mohamed V y que se subasta este verano es un Ferrari 250 GT Coupe Speciale de 1956. Este automóvil se encontró por primera vez, junto con otros 20 modelos históricos de Ferrari, en un granero derrumbado en Estados Unidos tras el paso del huracán Charley en 2004. Luego se almacenó durante casi medio centenar de años en un hangar, no muy lejos del histórico circuito de las 500 Millas de Indianápolis.
Ha sido identificado como el último de los cuatro famosos ejemplares únicos de 250 GT de la marca de Maranello con carrocería estilo Superamerica firmada por el empresario italiano Pinin Farina en 1956. Forma parte de la colección Lost&Found y será subastado por RM Sotheby's también en el mes de agosto.
Otras particularidades de este coche, que representa por su rareza lo más destacado de esta venta según Sotheby's, son su “placa de matrícula trasera en caracteres árabes” y el hecho “de que está documentado con una matrícula de época marroquí”.
Se beneficia de una cadena de propiedad estadounidense corta de sólo dos cuidadores desde 1962. Sin embargo, necesita una restauración completa “con la que podría deslumbrar en el escenario del concurso mundial”, afirma la casa de subastas.
Después de completarse en agosto de 1956, el Ferrari fue entregado a su primer propietario, Mohammed al-Khamis bin Yusef bin Hassan al-Alawi, más conocido como Mohamed V, rey de Marruecos. Este fue un momento de gran importancia en la historia del país, ya que el soberano había regresado menos de un año antes de un exilio forzado por los franceses. El rey había sido un firme defensor de la independencia nacional y las autoridades coloniales intentaron desterrarlo. La estrategia no funcionó y, tras su vuelta a casa a finales de 1955, Mohamed V logró la independencia de Marruecos en febrero de 1956.